Por fuerte que le suene, discriminación es el término que aplica a la injusticia que viven por estos días las integrantes de los cuatro equipos clasificados a la semifinal de la Liga Nacional de Fútbol femenino. Hace un mes concluyó la etapa clasificatoria de la competencia y tres veces se ha suspendido la discusión de las medallas por problemas organizativos en La Habana, primero, y en Santiago de Cuba, después.