La actual contingencia energética no oscurece las iniciativas de empresas estatales que mueven sus habituales horarios laborales para mantener activadas las dinámicas productivas. Muchos trabajadores dejan en casa a los suyos, la mayor parte de las veces cuando aún no hay electricidad, o recién comienzan las labores domésticas. Para esos colectivos, las noches no se apagan, suelen abrazarse con las mañanas.