Llegué con la expectativa de la maravilla que tantas veces se cultiva en torno a un ícono. La Sagrada Familia recibe con su contraste, aunque la belleza lucha por sostenerse. Hay una fisura entre lo que fue tallado con paciencia y lo que ahora se levanta con urgencia de proyecto. Las partes nuevas de cemento pulido y gris reciente se sienten ajenas a la piedra trabajada donde el tiempo se ha posado como un velo.