CAMAGÜEY.- Da gusto conocer —en este caso vía Internet— a personas especiales, sobre todo en tiempos de la COVID-19. Estos son los doctores Ariel Bernat Pérez, de 46 años de edad y Pedro Sánchez Tamayo, de 54 años, ambos especialistas en Medicina General Integral (MGI), ostentan la categoría docente de Profesor Asistente y laboran en la policlínica docente Previsora.
Pero ahí no quedan las coincidencias de estos galenos porque los dos han cumplido cuatro misiones internacionalistas, contando la de ahora, en Angola. El primero dejó huellas de buen hacer en Venezuela (cinco años), San Vicente y las Granadinas (tres años) y Brasil (un año); y el segundo en Venezuela (cuatro años), Honduras (dos años) y Brasil (dos años).
DETALLES ACTUALES…
El 10 de marzo, día en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia la COVID-19, el Dr. Bernat Pérez arribó a Angola como integrante de la Brigada Henry Reeve, preparada para enfrentar situaciones de desastre y grandes epidemias, específicamente en la provincia de Zaire, municipio N'Zeto.
A pesar de que no se han detectado casos de la COVID-19 allí, capacitan al personal médico del sitio para enfrentar el coronavirus en caso necesario. Él permanecerá por tres años en esa región africana con vistas a formar especialistas en Medicina General Familiar.
“En estos momentos —dijo— trabajo en el hospital municipal de N'Zeto, y lo mismo atiendo pacientes en el servicio de Urgencia como casos de Medicina interna. Además realizo pases de visita a los enfermos ingresados, lo mismo niños que adultos, de conjunto con personal médico y de enfermería de este país, e incluso, en las discusiones de casos para ser remitidos a otras instancias, e igual, desde el punto de vista docente”.
El Profesor Pedro Sánchez también forma parte de la Brigada Henry Reeve que llegó a Luanda, capital de Angola, el 10 de abril. “En la etapa pospandemia permaneceré por dos años más en esta nación porque integro un grupo de profesores que iniciaremos un programa de formación de especialistas angolanos en Medicina Familiar, para así contribuir a mejorar el cuadro de salud de este país al que nos unen lazos de hermandad desde hace mucho. Hoy aquí hay altos índices de morbimortalidad por enfermedades infectocontagiosas, como el paludismo en todas sus formas de presentación, incluso, el paludismo grave con anemia intensa y neuropaludismo.
“Además —agregó— la fiebre tifoidea, enfermedades respiratorias, diarreicas, parasitismo intestinal, desnutrición proteico energética, entre otros padecimientos”.
El doctor Pedro está ubicado en otro municipio de Zaire, en Tomboco, y comenta que hasta el momento, en que laboran en la pesquisa activa de casos sospechosos de la COVID-19, no se han detectado personas positivas. “Y no descuidamos, aseveró, la promoción y educación para la salud, mediante actualizaciones constantes de esa y otras enfermedades que mencioné, con el añadido de la capacitación al personal angolano, sin dejar de ofrecer asistencia directa a los ingresados en el hospital municipal, muchos de estos con dolencias muy complicadas”.
Instantes de audiencia sanitaria en que Sánchez Tamayo da a conocer detalles sobre la prevención de la COVID-19 y el paludismo. Esta última es la enfermedad que más afecta a la población.
DOCENCIA, ACOGIDA Y FAMILIAS
“La docencia como tal no ha comenzado, aclaró el Dr Sánchez Tamayo. Son tres médicos de medicina general, ellos no estudiaron en Cuba, sino en la Universidad de Cabinda con profesores cubanos, de ahí que sean el fruto de los profesionales de Salud de nuestro país. Serán mis futuros residentes”.
Los dos concuerdan en la grata aceptación por parte de las autoridades del país en todos los niveles, e igual en la de los pacientes, a los que califican de educados y receptivos, y al darse cuenta de las muestras de satisfacción por la asistencia que brindan, hace que se sientan realizados, una vez más, en la profesión.
Ariel menciona a sus compañeros más cercanos como a su propia familia y son: Liudis Torres Rodríguez, Licenciada en Enfermería dedicada a la Anestesiología, del hospital oncológico María Curie, de Camagüey y al Dr. Darcy García Piña, especialista en Ginecobstetricia, de la provincia de Granma.
A sus seres queridos en Cuba dice extrañarlos y les asegura que regresará a la Patria, otra vez, con el deber cumplido.
“A mi colectivo de trabajo, añadió Ariel, del departamento docente de la policlínica Previsora, deseo que sigan trabajando como siempre, que los extraño y los saludo a todos en general”.
La familia del Dr. Pedro, en su mayoría, es de la provincia de Granma. Él es y camagüeyano por adopción desde hace más de 11 años. “Tengo dos hijos, la hembra es mayor y el varón de 11 años vive en Camagüey, se llama Pedro Osvaldo Sánchez Hernández. Les envío un fuerte abrazo y un quiero bien grande, y les digo que se cuiden y protejan, los llevo en mi mente y en mi corazón y pronto nos veremos”.
Quiere que sus compañeros de trabajo sepan: “Me estoy cuidando, deseo se protejan mucho y no los voy a defraudar. Me encuentro bien y poniendo en alto a la medicina cubana”. Sin dudas es un logro común de estos profesionales.