CAMAGÜEY.-La sombra de las gradas solitarias se alarga sobre el campo de fútbol de la Academia Provincial Amador Fernández Fernández. Un cartel imposibilita el paso con letras en rojo que dictaminan: ¡Peligro!

En 2021, se inauguró el proyecto de una tribuna para que los aficionados al fútbol siguieran a sus equipos en Camagüey. Sin embargo, la lejanía de los custodios en la zona, la falta de una valla alrededor del terreno y la poca iluminación contribuyeron a que el graderío quedara desprovisto de vigilancia en el horario nocturno, situación que algunos maleantes aprovechan para sustraer de la estructura las vigas de acero que hacen de asientos.

El primer robo ocurrió hace un año y el más reciente, apenas unos días atrás, cercano al primer partido del Torneo Nacional de Fútbol 2025. De esta manera, el vandalismo promueve el deterioro que hoy le roba al público camagüeyano un espacio de entretenimiento.

Sin embargo, es válido observar cierto grado de despreocupación por parte del cuerpo de seguridad del centro Amador Fernández Fernández. Dicho equipo de trabajadores no parece cumplir con rondas de patrullaje por el terreno de juego en las noches, a pesar de que se encuentra alejado del edificio administrativo, pertenece también al patrimonio de la Academia.

Los custodios no tienen una garita cercana a las gradas donde resguardarse y en la distancia hasta el edificio principal se pierde el acto vandálico, pero no es correcto justificar la negligencia de aquellos, si bien no responsables completos, sí más cercanos a los hechos.

El acontecimiento que puso cierre definitivo al graderío fue la caída de un niño. Al informe de este suceso Salud Pública dictaminó el peligro de posibles accidentes y acto seguido se colocaron señales de clausura en las entradas de la estructura.

“El 8 de marzo, con la visita del equipo de Las Tunas, se comenzó el Campeonato Nacional y en las gradas no se pudo subir nadie. Estaba todo lleno de público y ningún aficionado pudo sentarse cómodo por el daño que tiene el lugar”, declaró Raudel Crespo Tamayo, subdirector de la Academia Provincial, quien además mencionó entre las posibles soluciones la creación de una garita para custodios cercana a las gradas, así como el levantamiento de un cercado alrededor del terreno.

En la actualidad, son alrededor de 60 vigas las que faltan en las gradas del hogar del fútbol en Camagüey. Las instituciones gubernamentales están al tanto del problema que aqueja a la Academia y a sus aficionados, pero el presupuesto no alcanza para reponer los daños. Mientras la situación continúe, los espectadores deberán conformarse con ver los próximos partidos carentes de comodidades .

Sin seguridad ni recursos suficientes, lo que debía ser un espacio de pasión deportiva se convierte hoy en símbolo de desgaste. Cada viga robada es una derrota fuera del campo, pero la afición resiste de pie bajo el sol y merece más que soluciones aplasadas.