CAMAGÜEY.- La filosofía del presidente Donald Trump de que “no son las armas las que matan sino quienes la portan” le viene como anillo al dedo a la Asociación Nacional del Rifle a quien pretende eximir con estas declaraciones de toda responsabilidad en los muertos y heridos que provocan los tiroteos que con indeseable frecuencia se producen en los Estados Unidos, a pesar de que es ella la que inunda el país con estos instrumentos homicidas.
Ante la tragedia que conmocionó la nación por los tiroteos en las ciudades de El Paso y Ohio al Presidente no le quedó otra alternativa que condenar las expresiones de odio y racismo que generan estos sucesos, pero su recomendación de fortalecer las leyes de la Salud Pública referidas al control de los enfermos mentales, a quienes atribuye estos hechos, constituye una cruel burla al pueblo norteamericano.
En los dos últimos tiroteos en las citadas dos ciudades estadounidenses murieron 31 personas (22 de ellas en El Paso y nueve en Ohio) y medio centenar de ellas resultaron heridas, mientras en lo que va del 2019 se han producido más de 250 de estos hechos de sangre que han provocado un millar de víctimas. De los muertos como consecuencia de estos actos de violencia, siete son mexicanos, lo cual motivó que el presidente López Obrador lamentara la ocurrencia de estos, a la vez que “con todo respeto y sin ánimo de injerencia” coincidió con los que piensan que se hace necesario un mayor control de las armas de fuego en los Estados Unidos.
Terrorismo, racismo, xenofobia, exclusión marginal y supremacía blanca en la nación norteña, a juicio de no pocos observadores, tienen mucho que ver con la agresiva política desatada por el Gobierno de Donald Trump, que no ha vacilado en condenar a pueblos enteros al hambre y la muerte por falta de medicamentos, como está ocurriendo en la actualidad con los venezolanos mediante el uso de sanciones económicas, diplomáticas, robo descarado de sus recursos, amenazas bélicas y bloqueos financieros en todos los sectores de la vida del país, y lo último, el congelamiento de todos los activos en los bancos estadounidenses.
Otro tanto ocurre con Cuba con iguales medidas que acentúan los mismos objetivos de destrucción y exterminio, a los que se añaden ahora las últimas acciones de piratería económica con ilegales actos de persecución y vigilancia a buques, compañías navieras, empresas de seguros y gobiernos para impedir la llegada de combustible al país y asfixiar la economía de la nación con genocidas consecuencias para el pueblo.
Podrían citarse además las guerras de exterminio contra los sirios, a los cuales no han podido doblegar después de siete años de acciones bélicas en su contra, la complicidad con Israel en su agresiva política de destrucción y muerte de los palestinos, los conflictos en Afganistán, Iraq, las sanciones para estrangular a los iraníes y su retórica de odio contra los inmigrantes de los que no se siente en modo alguno responsable por su política imperialista de explotación y robo de los recursos naturales, y frente a los cuales levantará un muro que “salvará” a los Estados Unidos.
Ahora dice el presidente Trump que hará una visita a El Paso, una de las ciudades más “inseguras” de Texas, fue el saludo que les dio, además de calificarla de violencia delincuencial, por lo que no es casual que los “paseños” y sus autoridades demócratas, como lo han hecho como partido a nivel nacional repudien y condenen su presencia aquí.