LA HABANA.- El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, con sede en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, mantiene hoy un monitoreo constante de la situación sísmica, tras el terremoto ocurrido la víspera con magnitud 7,1.

El movimiento telúrico se sintió prácticamente en todo el archipiélago cubano, aunque con mayor fuerza en el este, sin que se registraran incidentes mayores.

Y aunque la calma prevalece en la isla, hasta el mediodía de este miércoles habían ocurrido más de 270 réplicas, algo que el doctor Vladimir Moreno, presidente del Consejo Científico del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, consideró como normal.

En declaraciones a la televisión el especialista dijo que el terremoto que tuvo lugar en la tarde del 28 de enero resultó el de mayor magnitud registrado de forma instrumental desde 1964, cuando se inauguró la primera instalación de monitoreo de este tipo de fenómeno natural.

Moreno recordó que en la propia zona donde ocurrió este sismo, cerca de Cabo Cruz, se registró otro de magnitud 6,9 en la escala de Richter en 1992.

Apuntó que en esa región hay dos zonas de actividad sísmica, sobre todo la que se encuentra en las inmediaciones de Islas Caimán, al sur de Cuba.

El sismólogo negó la posibilidad de que en el área donde se sintió el terremoto pueda ocurrir un tsunami.

No existen las condiciones para ello por la geometría de la estructura de la falla, la cual tiene un mecanismo de rompimiento horizontal y no genera olas de tsunami, añadió.

Advirtió que otra cosa ocurre en el norte de República Dominicana y Haití, donde la forma de la falla crea mecanismos de pistón que pueden provocar un evento de ese tipo debido a un terremoto de fuerte magnitud y a baja profundidad.