CAMAGÜEY.- Aunque algunos pastizales del oeste y sur de Camagüey reverdecen por las esporádicas precipitaciones de abril y mayo, descienden los niveles hídricos de los pozos y las principales presas de la provincia reservan solo el 31 % de sus capacidades.
Se secaron los embalses Santa Ana y Unión II, tributarios de agua potable para los habitantes de Nuevitas y Jimaguayú, respectivamente, a cuyos consumidores de ambos acueductos la carencia les impone el uso imprescindible y ahorro del líquido y la corrección urgente de salideros.
La Ciudad Industrial, San Miguel, Camalote y la playa de Santa Lucía, mediante el sistema Cubano-Búlgara, hidrorregulador Las Flores y Atalaya, según cálculos matemáticos, dispone de unos 271 días de cobertura dosificada; sin embargo, la población de esos predios, incluidos los administrativos de los grandes consumidores estatales industriales y de servicios, saben que por numerosos salideros han escapado cientos de metros cúbicos deficitarios hoy.
Jorge Luis Tapia Fonseca, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y primer secretario en la provincia, al respecto, orientó de inmediato la integración de recursos y la formación de brigadas para sellar decenas de fugas de agua en Nuevitas, por tolerancia de empresarios e inquilinos de las zonas residenciales, independientemente de la obsolescencia de conductoras y redes hidráulicas.
El dirigente político indicó acciones puntuales para el mejor aprovechamiento del combustible y otros recursos automotores en el acortamiento de los ciclos y satisfacción cuantitativa de la distribución del agua a la población de más de 90 comunidades afectadas, y a decenas de miles de animales de los planes agrarios enclavados en zonas áridas.