CAMAGÜEY.- El espíritu honorable, el patriotismo y el sacrificio del héroe epónimo de esta provincia, Ignacio Agramonte Loynaz, retumbó con fuerza en el corazón de los camagüeyanos, en el homenaje por el aniversario 183 de su nacimiento, y significó una oportunidad para patentizar el compromiso con la defensa de la Revolución Cubana.

Frente a la Casa Natal de El Mayor, como se le nombra a este prócer de la independencia de la nación, el historiador, Fernando Crespo Baró, destacó cómo ese hogar fue “una fragua de buenas costumbres, de la disciplina, de su conocimiento del Derecho y de la cultura general que llevó consigo a la manigua y lo transformaron en un hombre íntegro. Hoy, es necesario evocar su voluntad inquebrantable para enfrentar las dificultades y a los enemigos de nuestro socialismo”.

Continuó el tributo con una peregrinación hasta el Parque Agramonte, donde se le colocó una ofrenda floral a la estatua ecuestre del sublime líder que nombra ese espacio público. Luego, en la calle Fundición ubicada en ese mismo sitio, quedó inaugurada la exposición, De la Plaza Mayor al Parque Agramonte.

Según la jefa del departamento de comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), Mailet Padilla Paneca, la muestra, efectuada también con el apoyo de los niños del proyecto Aulas Patrimoniales, de esa propia institución, “persigue contar la evolución de este enclave a través del tiempo, desde su fundación hasta la actualidad, vincularlo a la figura del paladín camagüeyano y transmitir el mensaje de su cuidado y conservación del entorno”.

En declaraciones a Adelante Digital, el director de la OHCC, José Rodríguez Barreras, expresó que “la huella de Agramonte está marcada en diferentes sitios del entramado urbano, que crean un estrecho vínculo con su historia, en instituciones como la Iglesia San Juan de Dios, la Plaza de la Revolución, y la Casa Quinta Amalia Simoni”. Agregó que como parte de los esfuerzos por mantener vivo ese legado material fue la restauración de distintos elementos de su monumento que terminará con la iluminación de las cuatro palmas que simbolizan los mártires de 1851.

Entre los gloriosos acontecimientos que demuestran el servicio incondicional de Ignacio Agramonte, por la libertad de Cuba, se encuentra su pronunciación por la continuidad de la guerra, en el Paradero de las Minas, el célebre Rescate de Sanguily, además de otras acciones relevantes como Las Minas de Juan Rodríguez, El Clueco, La Industria, El Cercado, La Caridad de Arteaga, El Rosario, Ingenio Grande, El Socorro, Las Piedrecitas, Curana, La Entrada, El Mulato, La Redonda, La Horqueta, Guaicanamar, Palmarito, La Trinidad, Sebastopol, Consuegra, Las Catalinas, El Quemado y Cocal del Olimpo.