CAMAGÜEY.- La atención temprana para detectar afecciones de audición es un propósito con exitosos resultados en el hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad.

En la consulta de Audiología son estudiados los menores que lo necesiten así como los niños remitidos desde el hospital materno infantil Ana Betancourt, por el resultado de las otoemisiones acústicas (OEAT), primera prueba realizada al bebé tras las primeras 48 horas del nacimiento y siempre antes del alta hospitalaria, previo consentimiento verbal de los padres.

La información fue ofrecida por el MS. c. Dr. Juan Miguel Iglesias Solís, especialista de II Grado en Otorrinolaringología, Profesor Auxiliar y Consultante, y Máster en Atención al Niño con Discapacidad, quien aseguró que se realiza en un local habilitado al efecto en el “Ana Betancourt”, por lo que son detectados otros con factores de riesgo auditivo.

El Profesor Iglesias expresó que en la mencionada consulta son atendidos igual los menores enviados por especialistas de Otorrinolaringología por un presunto diagnóstico de pérdida auditiva, y los remitidos desde la comunidad por la misma sospecha.

Allí son explorados, con especial atención, a la otoscopia, timpanograma, PEAee (potencial evocado auditivo de estado estable) o Audiometría, según edad, agregó el especialista.

Los primeros PEAee son efectuados hacia los tres meses de edad corregida y repetidos antes de los seis meses, con el fin de comenzar el proceso de “intervención”, el cual consiste en un programa multidisciplinario de estimulación y seguimiento que se coordina con la especialista en Logofoníatría, del “Eduardo Agramonte Piña”.

Los padres de los neonatos sin factores de riesgo que hayan pasado por la fase de cribado, reciben un volante que recoge los cuidados del oído y la audición y se les aconseja el seguimiento y valoración auditiva del niño a través de un sencillo Índice de comportamiento auditivo.

Foto: Tomada de cpal.edu.peFoto: Tomada de cpal.edu.pe

El Dr. Iglesias puntualizó que los niños entre cero y cinco años de edad con necesidades de ser examinados en la fase diagnóstica desde la comunidad, además de descartar la posible causa audiológica, se estudia cualquier dolencia de oído externo o medio y se procede a su tratamiento médico o quirúrgico, de acuerdo con lo que corresponda.

El tamizado del Servicio de Otorrinolaringología es realizado por una Licenciada en Logofonoaudiología, donde acuden los que no pasan por el primer examen, aquellos que surgen de consultas externas y, finalmente, los ingresados en Neonatología y que vayan a ser dados de alta en breve.

Todas las pruebas y resultados obtenidos son registrados en las encuestas creadas al efecto. Otra Logofonoaudióloga se encarga de las diferentes pruebas auditivas como: Audiometrías e Impedanciometrías (permite medir de forma objetiva la respuesta del oído medio al estímulo sonoro para ver cómo se comporta la onda sonora a lo largo de este).

Todos los niños con algún grado de pérdida auditiva son enviados a la consulta de rehabilitación logofoniátrica para su seguimiento. Los pacientes son seguidos periódicamente en consulta multidisciplinaria de audiología y logofoniatría para valorar el desarrollo del lenguaje de forma trimestral o como requiera, abundó Iglesias Solís, y a quienes presenten pérdidas auditivas se les realiza cada año el PEAee o Audiometrías.

“Todo lo expuesto, recalcó, nos permite realizar un diagnóstico precoz, tratamiento médico, quirúrgico o protésico, si fuera necesario, rehabilitación logofoniátrica en niños necesitados y su seguimiento adecuado, sin olvidar que los posibles candidatos a implante (coclear), son evaluados por la comisión provincial presidida por el audiólogo y valorados posteriormente por la comisión nacional para decidir la conducta definitiva”.

El Profesor Iglesias Solís dio a conocer entre los diagnósticos de pérdida auditiva: los déficit Auditivo Discapacitante (DAD), de conducción y el neuro-sensorial.

Relacionó que la prevención en este sentido, de acuerdo con los criterios de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está relacionado en fase primaria con evitar el déficit mediante el uso racional de drogas ototóxicas, adecuada atención materna, pre, peri y postnatal, y el tratamiento correcto ante la otitis media aguda. En la fase secundaria las acciones se dirigen a evitar la discapacidad cuando el déficit ya está presente, por supuesto, con el diagnóstico precoz, la rehabilitación oportuna y la cirugía para revertirlo. En la terciaria, el propósito es evadir el impedimento al evitar o minimizar los efectos de la discapacidad con la aplicación de prótesis auditivas, rehabilitación, educación especial e integración social.

Según datos recientes de la OMS, añadió, existen 360 millones de personas con Déficit Auditivo Discapacitante (DAD), o sea, el 5,3% de la población mundial y podría estar presente en el 25 % de los niños —32 millones menores de 14 años—; mientras el 50 % de las pérdidas auditivas pueden aparecer después del nacimiento acompañando a las pérdidas progresivas.