Foto: Yoel Benítez Fonseca /AdelanteFoto: Yoel Benítez Fonseca /AdelanteCAMAGÜEY.- Algo así como el encuentro entre dos de los epicentros actuales de la vida de Luis Carlos Céspedes ocurrió aquel día del año 1983. Llegaron él (recién estrenado en el medio de comunicación) y sus colegas al hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña para grabar el programa Ambliente juveni, que durante casi cuatro décadas transmitió Radio Cadena Agramonte. Por razones lógicas, teniendo en cuenta el motivo por el cual habían llegado hasta allí, les explicaron que los niños hemofílicos —padecen dificultades en la coagulación de la sangre— necesitan del aporte de personas sanas.

Dos años antes, pese a los temores de su madre Celia, ya él había decidido donar la suya, como un gesto noble de ayuda a quienes la necesitaran. Pero fue esta la experiencia que influyó en su definitivo convencimiento. “Yo no había entendido completamente la dimensión gigantesca de la donación hasta ese momento”. Y entonces viaja en el tiempo y rememora: “Cuando comencé, integraba una brigada especial de los CDR, al igual que muchos jóvenes, y nos convidaron a sumarnos. Terminaba el Servicio Militar y retomaba mi participación activa en el barrio. Tenía 21 años.

"A partir de esa primera vez continué el seguimiento, por ese entonces, anual, luego, cada seis meses, y ahora cada tres". El entrevistado también recuerda  la época en la cual se inició como donante de sangre, la labor rectora que en bien del humano programa desempeñaban los CDR, y por eso considera muy importante en la actualidad el rol de esa organización de masas como impulsora de este tipo de acciones voluntarias y en la difícil tarea de deconstruir falsas creencias.

"Todavía hay desconocimiento. Muchas personas piensan que donar sangre puede ocasionarles daños a la salud. A eso se suman mitos según los cuales si dejamos de hacerlo se altera la presión arterial o aparecen dolores de cabeza, y no es así. Simplemente debemos tener precauciones como las de evitar la ingestión de medicamentos no indicados por especialistas y el consumo de bebidas alcohólicas en días cercanos al de la donación; además, en la noche anterior, el descanso es vital. Resulta necesario educar a la población en esos y otros conocimientos", opina él, quien acumula ya 59 años de vida y cerca de 150 donaciones, contando la de hace apenas una semana, en el policlínico José Martí.

De la necesidad de reconocer en los vecindarios y centros de trabajo a los donantes de sangre, Luis Carlos también tiene mucho por decir. “En ocasiones esta contribución a la salud pública pasa inadvertida, ese es un problema serio que tenemos hoy en nuestra sociedad. Debemos motivar desde las administraciones y desde el barrio, así podríamos contribuir a la captación de personas, de jóvenes, para garantizar la continuidad del programa. Este movimiento no puede desaparecer, porque si sucediera, estaría muriendo una parte de la Revolución”.

Afortunadamente, no es el único de la zona 29 (incluye las calles Verges, Palma y Rosario, desde San Martín hasta Quiñones) comprometido con la vida de otros. Unas 20 personas residentes en esas arterias de la ciudad también contribuyen a salvar, según contó él a esta periodista.

La pasión por la radio y el deber de ciudadano confluyeron en Luis Carlos hace más de tres décadas. Hasta hoy, esa unión continúa intacta.

UN DONANTE GUANTANAMERO-CAMAGÜEYANO

Marcial Hinojosa también comenzó desde muy joven a donar sangre, tenía solo 18, e iniciaba su experiencia en el Servicio Militar Voluntario. Nació en Guantánamo, entre los 26 y 27 años llegó a Camagüey, y aquí también se sumó al movimiento.

En su diálogo con Adelante Digital, allá en el “Modelo”, manifestó su voluntad y la de otros amigos de ese reparto para atender siempre al llamado de Salud, como lo ha hecho ya en circunstancias difíciles: dos veces en esta provincia, y también cuando vivía en el oriente del país.

Sin embargo, Marcial considera insuficiente el estímulo a las personas que como él dan vida al prójimo. “En las asambleas de rendición de cuenta del delegado a sus electores aquí en mi circunscripción (117, de la zona 273) siempre recibimos el reconocimiento, pero también podrían ofrecerse otras iniciativas. Antes teníamos la opción, por ejemplo, de pasar un día agradable con la familia, pagando un módico precio, en algún centro recreativo de la ciudad.

“En la brigada de donantes de esta zona éramos dieciocho y ahora solo quedamos siete. Yo creo que una de las causas fundamentales de esa disminución es precisamente la falta de estímulos que podrían motivar a más gente”.

Marcial, como Luis Carlos, ha donado su sangre más de 100 veces, y muchos más han de ser los rostros que ambos han contribuido a iluminar. Sí, hay gestos que salvan.

Foto: Orlando Durán Hernández/ AdelanteFoto: Orlando Durán Hernández/ Adelante

Programa de Sangre en Cuba

El país cuenta con una red de bancos de sangre y tiene organizada una Comisión Nacional de Medicina Transfusional, integrada por varios institutos, laboratorios y centros de investigaciones.

El programa incluye también la plasmaféresis, relacionado con la recolección de plasma normal y plasma con anticuerpos.

Todos los donantes en Cuba son voluntarios y se les realiza una dispensarización para evaluar su estado de salud.

Fuente: Ecured.