CAMAGÜEY.- Dos años después la clausura en 1816 del Espejo de Puerto Príncipe, primer periódico impreso en Camagüey, la capitanía colonial del país permitió, bajo ciertas regulaciones, advertencias y recelosos permisos el uso de la imprenta de la Audiencia Territorial en Camagüey para imprimir La Gaceta de Puerto Príncipe, periódico que desde 1818 abrió las puertas a la presencia de numerosas imprentas y publicaciones.

Mientras el periodismo se iba nutriendo con la suma de la cultura detentada por la burguesía lugareña de escritores y poetas, pedagogos, juristas y artistas a la sombra de la Sociedad Filarmónica de Puerto Príncipe, quienes dieron al ejercicio del papel impreso amplia y reconocida cultura social en un medio donde por entonces casi todos los redactores se ocupaba en publicar sus intereses literarios personales y separados la mas de las veces de la opinión pública, demostrado por largas crónicas, discursos políticos panfletarios unos, irrespetuosos otros, defendiendo o criticando determinados sectores de la sociedad, aunque en realidad aquellas manifestaciones literarias fueron perfilando de alguna manera los pasos iniciales del periodismo criollo de la época. No se podía pedir más.

Surgieron en los añalejos de la época destacados escritores que desbrozaron el camino hacia el periodismo camagüeyano alejado de comentarios ofensivos, cáusticos y panfletarios a pesar de censores encargados de reprimir cualquier asomo de liberalismo.

Desde la Gaceta de Puerto Príncipe Gaspar Betancourt Cisneros inicio la publicación de sus crónicas “”Escenas Cotidianas”” y fue el primero en propugnar la necesidad de un acercamiento de los escritores de periódicos y literatos de la ciudad, como forma de superación ciudadana en lo cultural y lo profesional.

Sin embargo, a pesar del llamado de algunos redactores a la unidad del sector y lo mucho que podría ganar la cultura local, la idea no prospero a causa de la división acusada entre criollos cada vez más inclinados hacia el independentismo y españoles recalcitrantes negados a dar formas de gobierno más consecuentes para los cubanos.

Se publicaron, eso sí, periódicos que alentaron algún tipo de organización de la prensa como El Fanal de Puerto Príncipe, impreso desde el primero de enero de 1844, donde hallaron cabida personalidades de la cultura, sumándose a este movimiento los periódicos El Aguinaldo Camagüeyano, El Colibrí, y El Discípulo, dedicados estos al cultivo de las artes con la presencia de escritores empeñados en consolidar la literatura criolla. Debe señalarse que con este espíritu de unidad circulo El Céfiro a cargo de las principeñas Sofía Esteves y Domitila García, esta ultimas colocó en práctica la idea de crear una academia para la formación de tipógrafos y encuadernadores entre niños y jóvenes pobres,

Por supuesto que la guerra de1868 limitó en el país no solo el número de publicaciones, la persecución a los periódicos con matices liberales o medianamente sospechosos de desleales a la corona fueron clausurados o expropiados, dando origen a un retroceso en la corriente cultural del país como reflejo de la economía depauperada y la sociedad lacerada.

En 1886 luego de la conclusión de la guerra y haciéndose eco de algunas opiniones al respecto, el periódico El Popular, órgano de la Sociedad Popular de Santa Cecilia, en Camagüey, publicó a la firma de su director, Ramón Jiménez Alfonzo, un comentario en torno a la necesaria unidad periodística y el rescate del periodismo como columna de la cultura.

Finalmente, en julio de 1887, la dirección de El Fanal de Puerto Príncipe convocó a un grupo de periodistas de la ciudad para organizar una comisión como parte del jurado a cargo de entregar los premios de la Feria Exposición Industrial efectuada en el Casino Campestre, y aunque en esta oportunidad no se trató para nada la creación de una asociación periodística, fue al menos un serio acercamiento de la prensa para consultar opiniones entre colegas

En esta oportunidad no fueron invitados todos los periodistas para asistir al encuentro y fue el propio patrocinador de la iniciativa quien público en la primera página de la edición del 20 de julio que “Atendiendo a la atenta invitación de Don Francisco Mas, director de El Fanal, se reunieron en la Sociedad Popular la noche del miércoles último los representantes de la prensa, excepción hecha a la de color”.

Como muestra del desarrollo cultural del Camagüey, durante la Exposición anunciada, el Capitán General de la isla Don Gutiérrez de La Concha, asistió al evento acompañado por rica corte. Ente las obras literarias premiadas obtuvo Medalla sobredorada el periodista y poeta, director del semanario El Lugareño Don Gerardo L. Betancourt. Deber añadirse que en Puerto Príncipe para esta segunda mitad del siglo XIX con una población total de 67 700 y tantas personas, de cada 100 habitantes 53 eran varones y 47 mujeres, mientras que, en esa igual proporción, de cada 100 personas blancas el 55.93%, eran analfabetos, como lo era el 69,69% de los negros. Por entonces La Habana y Puerto Príncipe eran las ciudades con mayor instrucción en Cuba. En nuestra ciudad el número de negros instruidos era el mayor del país.

Dos años después, en junio de 1889, Enrique Ferrer Zayas y Saturnino García Alvares directores del inter diario El Arpón, decidieron un cambio y convocaron a varios colegas para organizar una comisión a cargo de constituir una especie de Federación Periodística local.

El Arpón fue un periódico de corte satírico y punzante, fustigó desafueros burocráticos de la metrópolis y abogó por radicalizar la búsqueda de la independencia por lo que en muchas ocasiones fue llevado ante los tribunales.

A la convocatoria se sumaron Rafael Usatorres Perdomo, director del periódico El Camagüeyano, diario político-literario y Ricardo Correoso, del independentista La Luz Camagüeyana. Sobre el tema El Camagüeyano publicó el 26 de junio de 1889;

“¡Viva la fraternidad!”

“Atentamente invitados por nuestros dignísimos compañeros de El Arpón, señor Ferrer y García Álvarez, tuvimos la gratísima e incomparable satisfacción de asistir a una reunión por ellos convocados con el objeto de estrechar los lazos de unión entre los que formamos en las filas del ejército periodístico si se me permite la frase.

“Era que allí estaba representada toda la prensa digna del Camagüey que solícita había acudido al llamamiento de dos compañeros de infortunios, porque es un infortunio, en los tiempos que corren, ser periodista”. Asistieron 9 periodistas de 7 periódicos; El Pueblo, El Camagüeyano, El Demócrata. El Capotillo. La Luz Camagüeyana, La Paz del Alma y El Arpón. No asistió El Fanal.

“Después de una agradable discusión sobre las ventajas que representa para la prensa la unión de la misma, se acordó formar un petit club de los periodistas camagüeyanos en donde nos reuniríamos cuando lo creyéramos conveniente, siendo los días más fijados los miércoles por la noche. Luego de constituida la Federación de Periodistas de Puerto Príncipe, periodistas del periódico Patria, de Santiago de Cuba, de tendencia autonomista felicitación a los camagüeyanos y propuso viajar a Puerto Príncipe para crear una a sociedad de las dos provincias”.

La Federación, con local social en la calle Mayor No.42, (hoy Cisneros) sede de la dirección y redacción de El Arpón, que reunió alrededor de 60 trabajadores de la prensa y de algunos talleres tipográficos, dedicó los primeros esfuerzos a la capacitación de sus miembros, estableciendo escritorios o bibliotecas públicas en los locales administrativos de los periódicos sumados a la Federación, sin embargo, las diversas tendencias políticas de las publicaciones, más la continuación de la guerra, resultó un obstáculo a los intereses de la unidad del periodismo del Camagüey.

Queda sin embargo, en la historia de la prensa camagüeyana esta Federación de Periodistas de Puerto Príncipe que el 26 de junio de 1889 se inscribió como la primera página en la organización periodística de nuestra provincia.