CAMAGÜEY.- Teodoro nació en la región matancera de Jovellanos el 18 de abril de 1908 y en su andar por la vida acampó dos veces en Camagüey. La primera ocasión en 1925, en su peregrinar en la búsqueda de un trabajo estable, una época convulsa en la que lo sorprende la represión al movimiento obrero y en especial de la dictadura del sanguinario Gerardo Machado contra los ferroviarios, declarados en paro por reclamar sus derechos.
Ellos sufrieron la pérdida en sus filas del dirigente sindical Enrique Varona, asesinado a mansalva en plena calle, en Morón, el 19 de septiembre de ese mismo año, en presencia de sus hijas y esposa, situación que sembró en Pereira una incipiente conciencia de clase. Al verse despojado de toda posibilidad laboral volvió a su región natal.
Hombre de trabajo, decidió probar suerte en Baracoa en diferentes labores con el consorcio United Fruit Company, explotador de importantes producciones bananeras y luego en la construcción de secaderos de café.
Muchas son las referencias que adornan la personalidad de este matancero, de los momentos que vivió en el poblado de la base naval de Caimanera y de su verticalidad de principios. Teodoro en los ratos de esparcimiento se inclinó por pasarlo en el local del sindicato de los salineros y también del Partido Unión Revolucionaria Comunista, caracterizado por un pensamiento renovador frente a una sociedad en la que predominaba la desigualdad.
Esa posición diáfana a favor de los pobres resultó fuente de inspiración para la unidad de los campesinos en la región de Guantánamo, Sagua y Baracoa, frente a tendencias desestabilizadoras, dirigidas contra Pepe Ramírez por elementos oportunistas infiltrados en las filas del movimiento revolucionario.
La candidatura unitaria, concebida contra esos personeros funcionó. El 21 de septiembre de 1958 en Soledad de Mayarí Arriba se celebró, con la presencia del entonces comandante Raúl Castro, líder del II Frente Oriental del Ejército Rebelde, el Congreso Campesino en Armas en que Teodoro fue elegido presidente del Comité Regional Campesino y Pepe Ramírez, secretario organizador.
Con la presencia de Fidel, el 24 de febrero de 1959 en el teatro Oriente, de Santiago de Cuba, se celebraría la primera plenaria campesina de carácter provincial. Allí fue elegido nuevamente para el cargo hasta 1964.
Tras un corto periodo de tiempo volvió a Camagüey, esta vez a Nuevitas hasta el día en que su corazón dejó de latir el 24 de enero de 1991, no sin antes acumular méritos suficientes en la construcción de la fábrica de cemento 26 de Julio, avalado por su conocimiento de carpintería y albañilería.
También trabajó en la fábrica de fertilizantes, periodo en el que sobresalió no solo por su entrega al trabajo, sino por las innovaciones que introdujo en las máquinas para el encofrado y las bases de hormigón, lo que le mereció el reconocimiento del Partido y la CTC en el municipio.
El 11 de marzo de 1987, durante su estancia en el hogar de ancianos de esa ciudad, pudo saludar otra vez a Fidel.
El Líder de la Revolución desde la cocina vio los sembrados del autoconsumo. Alguien dijo que Pereira era el promotor. Dirigiéndose a él le explicó: "Es importante y bueno este trabajo, sobre todo, familiarizar a los demás para que lo hagan y no esperar que las cosas vengan de afuera".
Aun allí se sentía útil, no quería permanecer inactivo y día tras día laboraba en esta área que, por su entrega, terminó dirigiendo. Su mayor placer era mostrarles a los visitantes las hermosas matas de plátanos y demás productos cosechados.
Por la delegación de Nuevitas asistió en 1975 al I Congreso del Partido, en 1977, ocasión en la Raúl Castro le entregó a Pereira la Medalla de Combatiente del Ejército Rebelde.
En las honras fúnebres, efectuadas en Jovellanos en 1991, este hombre iluminado por la nobleza, recibió ofrendas florales en nombre del entonces presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y Primer Secretario del Comité Central del Partido.