CAMAGÜEY.- De las visitas que realizó Fidel a esta provincia después del triunfo de la Revolución hay registradas públicamente cincuenta y ocho, sin contar dos que marcaron historia: al formar parte de la expedición de Cayo Confites, porción ubicada al norte de Nuevitas y la del 25 de julio de 1953, a su paso hacia Santiago de Cuba para encabezar el asalto al Cuartel Moncada, cuando almorzó en la fonda de Manolo, en el reparto Garrido.

 

En la primera de estas dos ocasiones permaneció allí por espacio de 59 días en entrenamiento para formar parte de una fuerza revolucionaria que trataría de liberar a la República Dominicana de la oprobiosa dictadura de Leonidas Trujillo, incluso en Confites cumplió 21 años. La estancia suya en esa zona de mar transcurrió del 29 de julio al 28 de septiembre de 1947.

Los autores del libro: Fidel en Camagüey, Rolando García Parés y Cándida Pedrosa Marichal para hacer más comprensible la presencia del Líder Histórico aquí, establecieron tres momentos. Una primera etapa desde 1959 a 1970. La segunda: 1971-1980 y la tercera y última, iniciada el 10 de enero de 1981 y que finalizaría el 22 y 23 de septiembre de 1989.

¿Cuántas historias están escritas --y por escribir-- de las vivencias del pueblo camagüeyano de sus encuentros con Fidel, lo mismo en una fábrica, que en una vaquería, en una industria energética, en la inauguración de escuelas, en planteles de la enseñanza superior, de investigación como en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, ese colectivo que le ha dado respuesta a lo que él solicitó, de consagrarse al trabajo, de engrandecer la economía y cumplir con el ciclo: investigación, producción y comercialización.

Camagüey siente orgullo de que él dijera que cada vez que venía a la provincia se oxigenaba, así disfrutaba de ver lo que se hacía en el territorio para transformar el panorama económico, político y social.

Desde la ciudad cabecera, en el teatro Alkázar, hoy un centro recreativo, Fidel el 9 de diciembre de 1981 llamó a convertir a Cuba en una potencia médica mundial y fue, desde estas extensas llanuras, en que consideró que el Socialismo es la ciencia del ejemplo y alertó a la humanidad de lo que acontecía y –acontecería- de cara al futuro en un mundo de desigualdades, la desintegración del campo socialista y la confianza de que los cubanos sabrían encarar los retos.

Y allí está la filosofía de la resistencia que Fidel inculcó para las actuales y futuras generaciones de cubanos.