CAMAGÜEY.- “El ring también es mi hogar, me siento motivada con cada movimiento, cada intercambio, la adrenalina que siento al subir me hace sentir más viva y eso no lo cambio por nada”. Así se siente la quinceañera Lisyane Benítez Hernández, primera campeona nacional de boxeo de la provincia.
La camagüeyana llegó al deporte atraída por el furor que causan los puños y la veloz danza de los púgiles sobre el cuadrilátero: “comencé en la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva Escolar) en octavo grado en ciclismo, pero no competíamos mucho. Siempre me había llamado la atención el boxeo, yo no salía del gimnasio porque me encantaba ver los combates, los ejercicios y me imaginaba allí. Cuando me enteré de la captación para el femenino fui de las primeras en hacer la prueba. Y aquí estoy”.
No le basta con estar. A su corta edad la agramontina ostenta sendos títulos en su palmarés: la Copa Ignacio Agramonte y su resultado más significativo: el triunfo en los 50 kg de la 60 edición de los Juegos Escolares Nacionales, primeros con boxeadoras entre las cuerdas.
“En cada pelea salgo a darlo todo, sin miedo, porque me encanta boxear y muy enfocada en los consejos de mi entrenador, sobre todo porque hay que conocer a las rivales. En los Juegos Escolares efectué tres combates difíciles, sobre todo el último, contra una atleta santiaguera, pero puse a mi favor la velocidad y el combate a distancia, armas que exploto gracias a mis profes", destacó.
Ser pionera en cuanto a triunfos en estas lides es un orgullo para Lisyane, sin embargo, mira al futuro con la ambición de quienes no se conforman: “entrenamos hasta tres veces al día, en la mañana, luego de clases por la tarde y en la madrugada de los fines de semana para hacer ‘mañanitas’. El sacrificio es fuerte pero cada día le pongo más empeño, porque mi objetivo es ser una gran campeona, representar a mí país y ayudar a mi familia. Esa es mi motivación”, resaltó.
Cambiar pedales por guantes jamás asustó a la chica de Jimaguayú, que se sabe un ejemplo para otras jóvenes. “A las niñas que les interese boxear les digo que no tengan miedo si les gusta, sigan adelante, persigan su sueño. Aún existen personas que ven masculino a este deporte, pero ser fuerte, combativa, explosiva o ágil no nos hace menos mujeres”, dice con la misma precisión que ostenta en el cuadrilátero, y cuenta que inicialmente su mamá también temió por los estereotipos, pero consiguió convencerla.
Benítez resultó una de las ocho atletas provenientes de otras disciplinas que integraron la primera matrícula del boxeo femenino en la EIDE Cerro Pelado y a la que este curso se sumaron nuevas figuras. Ahora que el buque insignia de nuestras lides multideportivas parece haber perdido su ruta segura, bien pueden ser ellas el faro que marque mejores rumbos.