CAMAGÜEY.- El Departamento de Marxismo-Leninismo e Historia de la facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Camagüey, tiene en sus filas al joven Fernando Miguel Manzo Alonso quien combina dos pasiones: la docencia y la Historia. De las horas dedicadas a ese amor al estudio, a la Ciencia, y la enseñanza, llegó la excelente noticia de haber merecido el Premio Herencia.

Vía Whats App, y en medio de su aporte a la digitalización del proceso de vacunación con Abdala en el municipio de Camagüey, Manzo Alonso contó que no lo esperaba. “Desde el día antes había un poco de misterio, ya que el comunicador de la Unhic, me llamó para que escuchara Radio Cadena Agramonte en la mañana siguiente. Así fue que, en la voz emocionada de Bárbara Oliva, vicepresidenta de la filial supe la decisión”, explicó.

--¿Cuánto significa este resultado?

--Representa un verdadero reconocimiento a mi labor docente, investigativa y de divulgación de la Historia de Cuba, en particular a la del Camagüey. Haber sido propuesto y seleccionado por la Unhic, constituye un mérito, al tratarse de una organización muy seria que agrupa a los profesionales dedicados a esta especialidad.

“Recibirlo entraña un mayor compromiso con la organización y con mi actividad profesional en esta materia, no solo en conocerla, sino en comunicar de ella los más genuinos valores de la cultura cubana”, refirió Manzo Alonso, quien es miembro de la Unhic y la Asociación de Pedagogos de Cuba”.

--¿Por qué eres un enamorado de la Historia?

--Desde muy pequeño me gustaba leer y luego contar, fundamentalmente a mi abuela que escuchaba todo lo que yo le narraba, de las imágenes de los libros de Historia de Cuba. En realidad, la pasión por la Historia llegó junto a la pasión por la docencia. Sabía que no quería aprender para solo saber, sino aprender para enseñar, para discutir, para divulgar. Ese conocimiento no podía ser patrimonio exclusivo para mí.

“En mi vida estudiantil, tuve la posibilidad de impartir docencia y eso fue dándome seguridad. Además conté con muy buenos profesores y cada uno de ellos fue cultivando el sentido de la responsabilidad por el trabajo y la investigación. Todos los días la Historia necesita que se lea y se profundice, se localicen los nuevos textos, las nuevas y viejas visiones para conformar el mosaico multicolor que es. La Historia, y menos la nuestra, ha sido en blanco y negro, por lo que esos matices hay que descubrirlos, encontrarlos y enseñarlos”.

Fernando Miguel Manzo Alonso, quien funge vicepresidente de la filial provincial de la Sociedad Cultural José Martí en Camagüey,también es Máster en Estudios Cubanos y del Caribe por la Universidad de Oriente y tiene en proceso su Doctorado en Ciencias de la Educación con el tema de investigación: la educación pública en Puerto Príncipe durante la primera ocupación militar de los Estados Unidos (1899-1902). Datos que respaldan su máxima: “Un profesor de Historia, no puede conformarse con lo que aprendió, tiene que dedicarse a la investigación diaria, hasta que esta forme parte de su vida”.