CAMAGÜEY.- Las grandes epopeyas militares, de las misiones internacionalistas enviadas por Cuba para apoyar a los países africanos, latinoamericanos y del Caribe colocaron la solidaridad de esta pequeña isla en el mapa mundial. Luego del apoyo a esas naciones hermanas, correspondió la triste misión de trasladar los restos de los combatientes cubanos hasta su Patria. Con la Operación Tributo se materializó la fidelidad a esos 2 085 mártires que pelearon contra las injusticias y ambiciones de la humanidad.

Tras la firma de la Resolución 435, a finales de los años ‘80, se cumplieron, entre otros acuerdos, la retirada de los reclutas cubanos en Angola. A partir de ese instante se comienza en Cuba todo un proceso de preparación y adecuación de los panteones de los cementerios donde se colocarían los restos. Luego se crearon comisiones por cada provincia para efectuar esta empresa nombrada por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, Operación Tributo.

Dos días antes del siete de diciembre de 1989, fecha en que estaba previsto se rendiría el merecido tributo a los revolucionarios, despegó de La Habana un avión soviético que transportó los restos hasta las provincias orientales. Mientras el pueblo dolido observaba la caravana donde viajaban, compartían el dolor de los familiares como propio.

Se anegaban los ojos y a la memoria llegaban aquellas palabras del entonces General de Ejército, Raúl Castro Ruz, cuando planteó, el 6 de diciembre de 1989:

“…De Angola nos llevaremos la entrañable amistad que nos une a esa heroica nación y el agradecimiento de su pueblo y los restos mortales de nuestros queridos hermanos caídos en el cumplimiento del deber…”.

Camagüey también regó con la sangre de sus hijos la tierra angolana. En la nación de Agostino Neto, sumaron 166 los mártires de esta región. Tanquistas, exploradores, zapadores, la infantería, ambulancieros y otros combatientes, pasaron a la historia al enfrentar las tropas contrarrevolucionarias de la Unita y a las milicias del gobierno sudafricano, quien recibía apoyo armamentístico de los Estados Unidos. Por la liberación, por el bien de los países hermanos, contra la apartheid y la opresión, la muerte se convirtió en un trámite a la inmortalidad.

Aquellos jóvenes que habían dado su disposición para la Operación Carlota, al auxilio de Angola, el cinco de noviembre de 1975, celebraron el fin de la contienda en 1991. Al concluir la campaña habían empuñado el fusil más de 381 mil oficiales y reclutas del país, de ellos, unos 15 mil, camagüeyanos.

“Los comunistas cubanos y los millones de combatientes revolucionarios que integran las filas de nuestro heroico y combativo pueblo, sabremos cumplir el papel que nos asigne la historia, no solo como primer Estado Socialista en el hemisferio occidental, sino también como inclaudicables defensores en primera línea de la noble causa de los humildes y explotados de este mundo”, dijo nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro en el duelo de despedida, efectuado en el Cacahual, el siete de diciembre de 1989.

En esa propia intervención, el Líder de la Revolución cubana, aclaró al mundo que ellos murieron “luchando por la independencia y soberanía de esos pueblos (…) para que no existan opresores ni oprimidos (…) por la dignidad y la libertad de los hombres (…) por la verdadera paz y seguridad para todos (...)”. Sin duda, aquellos muchachos caracterizaron a su Patria con las banderas del altruismo.

En las tristes jornadas, en nuestro territorio, las lágrimas no se detuvieron. Así cuenta cada detalle uno de los que vivieron esos días, Oscar Guerra Pérez: “La sala de Biología del museo fue la escogida para ese acontecimiento. Y a las 6:30 p.m., el público entró. Por la emoción y la solemnidad que se vivía, no olvidaré nunca cómo estaba arreglado ese espacio: dos filas entraban por la Avenida de los Mártires y al transponer el umbral, a la derecha, se encontraban los ocho osarios grandes, le seguían 33, más pequeños y, al final, el retrato del joven desaparecido. Unos se persignaban, otros se secaban las lágrimas con los pañuelos y hubo quien no paraba de rezar”.

Después del reposo de nuestros héroes en el camposanto, nada volvió a ser como antes. La nostalgia persistía y el pecho todavía apretaba, pero las memorias de esos soldados había que honrarlas en la construcción de un país a la altura de su coraje. El mismo coraje de Maceo y Panchito Gómez Toro, a quienes también se recuerda cada siete de diciembre, porque no tuvieron reparo en derramar su sangre, como los gloriosos protagonista de la Operación Tributo.

 

Nota del MINFAR

Da a conocer la cifra total de internacionalistas caídos en misiones militares y civiles

 

La Habana, 5 de diciembre de 1989.— Nota del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

 

A lo largo de varias décadas, valiosos hijos de nuestro pueblo han cumplido voluntariamente el sagrado deber de contribuir a la lucha por la independencia y a la defensa de la soberanía y a la integridad territorial, así como al desarrollo económico y social de varios países hermanos, gloriosa epopeya en la que han participado más de 400 mil combatientes y colaboradores civiles, los que escribieron imborrables páginas de heroísmo y sacrificio en ese noble empeño.

 

En el transcurso de esa gran gesta, internacionalistas cubanos cayeron en diversos momentos y condiciones y sus restos queridos reposaron hasta ahora en la tierra que regaron con su sangre generosa. En todos los casos, como un deber y un principio estrictamente observado por nuestra Revolución, los familiares fueron informados inmediatamente que se obtuvo la confirmación.

 

Como se ha informado al pueblo, los restos mortales de los compatriotas caídos en el cumplimiento del deber internacionalista han sido trasladados a nuestro país, entre el 27/11/89 y el 4/12/89 y serán expuestos en sus respectivos municipios el 7/12/89, en que se realizarán las ceremonias solemnes en las que nuestro pueblo expresará profundas y sentidas muestras de admiración, gratitud y respeto a sus héroes.

 

Por las características particulares de algunos municipios, los restos de nuestros compañeros caídos serán expuestos a partir de la noche de hoy. Entre los fallecidos, a los que en esa ocasión se rendirá poster tributo, se incluyen los nombres de 95 compañeros que cayeron en circunstancias en que fue imposible recuperar sus cuerpos. Numerosos esfuerzos se han realizado y se seguirán haciendo por tratar de localiza y retornar a Cuba sus restos.

 

De igual forma se continuarán los esfuerzos por conocer la situación de tres compañeros que hasta el momento se encuentran desaparecidos. El total de compañeros caídos durante el cumplimiento de misiones militares y civiles, así como las causas de su muerte son los siguientes: Los combatientes internacionalistas cubanos que ofrendaron sus vidas en otras tierras, símbolo de las mejores tradiciones de nuestro pueblo, de altruismo y lealtad sin límites a la Revolución, serán ejemplo imperecedero de las actuales y futuras generaciones de cubanos y su recuerdo vivirá eternamente entre nosotros.

 

Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Publicado en Trabajadores 6 de diciembre del 1989