CAMAGÜEY.- De acuerdo con la importancia de ciertos temas relacionados con la salud humana es que se destinan días o jornadas a nivel mundial; sin embargo, algunos deben ser abordados con frecuencia, por garantizar en sí mismos la supervivencia humana y con calidad.
Tal es el caso del acto de lactar a los hijos. Esa práctica, echada a un lado por no pocas madres que se enfrentan a un quehacer diario que incluye estudio, trabajo e independencia, ya salida del marco hogareño; debe repensarse y priorizar el futuro de los hijos sin renunciar a los propósitos de crecimiento personal.
Estudios muy bien probados demuestran que un niño que se alimentó de la leche materna tiene más probabilidades de ser una persona inteligente, por supuesto, con logros educativos superiores a los que no fueron beneficiados de esta manera, además, su nivel inmunitario es más fuerte ante las numerosas enfermedades a que se expone cualquier ser humano, sin olvidar la estabilidad emocional que recibe y le acompañará siempre.
No es por gusto que se indica la lactancia natural exclusiva durante los primeros seis meses de nacido el bebé, incluso, sin ofrecerle agua porque ya está contenida en esa leche y de esta manera se evita la manipulación a veces incorrecta del preciado líquido, e igual se orienta se mantenga combinada hasta los dos años.
Es vital tener en cuenta que al bebé hay que brindarle la leche materna cada vez que él quiera y no cuando las personas mayores piensen lo necesita.
Mientras la madre está en esa etapa, ella y su familia deben tener presente la necesidad de consumir mucho líquido, y no llevar al bebé al uso del tete ni el biberón.
En Cuba han sido creadas las condiciones para las madres trabajadoras, con el beneficio de disfrutar de un año de licencia de maternidad, garantía que contribuye a aumentar la disposición de estas a la hora de lactar a sus bebés.
Otra voluntad significativa del sistema de Salud cubano es la creación de los bancos de leche humana, desde los cuales se ayuda a la educación y promoción con vista a ese acto ideal a la hora de aportar a los niños pequeños los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo saludables, y en el hospital materno infantil Ana Betancourt, de esta ciudad, y al lado de su Sala de Neonatología, fue inaugurado en agosto del 2015.
Desde entonces la Sala, con equipamiento donado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), no ha dejado de favorecer a neonatos prematuros y lactantes de riesgo, y que apoya a la lucha contra la anemia en grupos vulnerables.
Esta leche, es muy solicitada por especialistas en Neonatología y Cirugía Pediátrica, y para ser utilizada transcurre por un proceso exquisito que la lleva a la pasteurización y así se asegura su calidad, todo lo que contribuye a la disminución de la mortalidad infantil, la que a propósito de esta provincia, terminó el año 2018 con 2,6, la más baja de todas las provincias de Cuba.