CAMAGÜEY.- Entre los muchos hechos de guerra protagonizados por los mambises a lo largo de 30 años de lucha por conquistar la independencia de Cuba, se encuentra el denominado Sitio de Cascorro. Aunque mencionado en múltiples ocasiones, no ha sido estudiado en sus detalles.

Quien quiera documentarse más debe consultar el tomo 2 de Mi diario de soldado, de Fermín Valdés Domínguez. Es un libro bastante escaso, pero en el que se trata este tema con mayor amplitud.

El 21 de septiembre Máximo Gómez acampó en El Rosario, cerca de Cascorro. Un cañón bajo la dirección de un artillero norteamericano, el teniente Federico Funston, prometía una fácil victoria. Estarían también generales como Avelino Rosas (colombiano), Javier de la Vega, Serafín Sánchez y Lope Recio.

El día 22 se hicieron 57 disparos de cañón; sólo 4 cápsulas reventaron. En lo sucesivo, la mayoría de las cápsulas no estallaban, del total de 219 disparos. Gómez mueve su campamento continuamente alrededor del poblado. El 25 envía un parlamentario con un mensaje al jefe español. Fue el teniente Pedro Gutiérrez, de Puerto Rico. Seguiría intimando la rendición de la guarnición española. El último parlamentario fue una mujer, Gertrudis Peña, anciana recomendada por Rafael Pedroso Zequeira. Gómez recibía la misma respuesta: “rendirnos, ¡jamás!”.

Calixto García viene con la expedición en 20 carretas. No estará en el sitio por el ataque de una epidemia de viruelas y la crecida de los ríos por un ciclón.

El propósito de Gómez era batir a los españoles a campo abierto. Nada resolvería tomando el fuerte principal a cambio de cuantiosas bajas. En ese empeño había caído mortalmente herido el teniente coronel Miguel Maceo en 1874.

Se ocupa la casa del alcalde Manuel Fernández Cabrera, cercana al fuerte principal, para tirotearlo. Desalojada, el soldado español Eloy Gonzalo García se brinda para quemarla. Iba atado con una cuerda para que, si caía muerto, su cadáver no quedara entre los mambises. En la oscuridad de la noche se acercó y prendió fuego a la casa. El fuego no progresó mucho. Luego los españoles sí la quemaron.

Después de 12 días de sitio, la guarnición española se mantenía inalterable. El 4 de octubre se sabe que una columna de 3 000 soldados saldría de Minas con rumbo a Cascorro. Se afloja el cerco y Gómez acampa en la finca Machuca.

El día 5 se despliegan fuerzas en La Marina, para esperar al enemigo. La columna española avanzaba explorando el terreno a cañonazos. En La Marina y Machuca se combate y se le causa bastante daño al enemigo, que sigue su marcha precipitada, tanto para entrar en Cascorro como para evadir el machete mambí.

El 6 de octubre Gómez dio instrucciones para esperar la salida de Adolfo Jiménez Castellanos de Cascorro, alcanzarlo y batir sus fuerzas a campo abierto. Los periódicos de ese día informaban sobre el desembarco de su hijo Panchito.

En Jacinto Gómez organiza las tropas para el combate. Parecía que los mambises habían sido burlados y no podrían batir la columna. El general pasa la noche en el camino de San Miguel a Arenillas, sin quitar monturas ni armar las tiendas. Estaban en El desmayo.

Al topar con el enemigo, el General, al frente de su escolta, se levanta sobre sus estribos y con voz segura grita: “¡Adelante la escolta; corneta a la carga!”. Y todos siguen a aquel aguerrido caudillo, al que los años no le habían restado ni un ápice de energía, para acrecentar su heroísmo.

Las fuerzas cubanas habían logrado su objetivo: batir a los españoles a campo abierto causándole el mayor daño posible, con un reducido número de bajas.

El Sitio de Cascorro, del 22 de septiembre al 4 de octubre de 1896 con las acciones posteriores, duró 18 días.

El Ayuntamiento de Madrid nombró Eloy Gonzalo García a una calle y a una plaza con su estatua, inaugurada el 15 de junio de 1903 por el rey Alfonso XIII. También le dedicaron canciones, poemas, consignas, una marca de ron y hasta una película titulada El león hispano (1929).

El autor del texto visitó la Plaza Cascorro, en Madrid, como confirma la foto, cortesía de él.El autor del texto visitó la Plaza Cascorro, en Madrid, como confirma la foto, cortesía de él.

Para los españoles, Eloy fue “El héroe de Cascorro”, aunque con su acción, ni logró que se rompiera el cerco de los mambises, ni que pudiera entrar Jiménez Castellanos con sus tropas; o sea, no salvó la guarnición como se quiere hacer ver.

Un año después, el 18 de junio de 1897, Eloy fallecería en un hospital de Matanzas a causa de una enterocolitis ulcerosa, enfermedad que se acompaña de episodios de diarrea, fiebre y fuertes dolores abdominales.

 *Vive en Cascorro, Guáimaro. Miembro de la Unión de Historiadores de Cuba.