CAMAGÜEY.- A mediados de septiembre y recrudecida en Camagüey la lucha de la naciente prensa revolucionaria contra influyentes sectores periodísticos que trataban de desvirtuar la realidad que comenzaba a vivir los cubanos, desde la redacción de Adelante se organizó un bloque de reporteros y escritores “para defender la obra del pueblo”.

Se añadía que en la provincia, a través del Colegio Provincial de Periodistas (CPP), trataban de proteger a numerosos profesionales que habían tenido relaciones con la dictadura.

Se hicieron tantas imputaciones entre unos y otros que el 25 de septiembre Adelante publicó una carta pública del Comandante Hubert Matos, entonces jefe militar de la plaza, acusando de falsas y mal intencionadas las declaraciones publicadas por el Colegio de Periodistas de Morón. “Los periodistas no representan ninguna casta intocable dentro de la sociedad cubana”, dijo refiriéndose a las luchas que se manifestaban en el sector.

En octubre Camagüey participó en una extraordinaria historia al enfrentar la traición hubermatista, en la que los trabajadores de Adelante desempeñaron un rol que pronto definiría el antagonismo dentro del sector, reafirmando su identidad revolucionaria.

El 23 de octubre el Comandante de la Policía Nacional Revolucionaria, Arsenio García Dávila, presentó ante el juzgado de instrucción por delito contra los Poderes del Estado a Faustino Miró, administrador general de Adelante, quien había confeccionado un escrito incitando al ejército y a la policía a solidarizarse con Huber Matos. La redacción del periódico se opuso a publicar dicho documento y los trabajadores se lanzaron a la calle en respaldo a la Revolución.

Intervenidos por el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, el 25 de octubre los talleres tipográficos y la redacción de Adelante fueron entregados al INRA y al Departamento de Prensa y Cultura del Ejército Rebelde. Al frente del periódico fue nombrado Enrique Nápoles González y el interventor general Antonio Delgado.

Con la proximidad de las elecciones en el CPP, Adelante convocó a periodistas y estudiantes revolucionarios a fin de nominar como decano al Dr. Marcelo García, quien era en ese momento Director Provincial de Escuela. En el periódico se confeccionó una nominación con varios compañeros que habían mostrado una actitud consecuente y destacado prestigio profesional, entre estos Sergio Brice, Daniel Rivas, Manolo de la Torre y Carlos Norman Caballero, al cabo muchos de estos abandonaron las filas de la Revolución. De los 17 cargos a ocupar en la dirección del CPP, siete eran de Adelante.

Finalmente, las elecciones tuvieron lugar el día 29, de diez de la mañana a cinco de la tarde en las delegaciones entonces existentes, Camagüey, Florida, Ciego de Ávila y Morón. Adelante presentó una boleta en blanco, con Marcelo García como su candidato, una iniciativa que fue derrotada por causas que aún resultan inexplicables.

El 27 de noviembre Adelante reconoció que si bien Pío Verde Herrero, el decano electo y mal habido, conquistó fama por la construcción del edificio del gremio en una de las esquinas de las calles Lope Recio y San Patricio, a la postre lo había convertido en un garito de juegos prohibidos.

El violento editorial donde dio a conocer aquella victoria el 1ro. de diciembre, dijo: “la elección del colegio consagró ‘la timba’. Como temían los honrados ciudadanos de Camagüey, el jugador y conocido ganster de la ciudad fue elegido decano del CPP. No se ha podido establecer que motivó a apoyarlo en circunstancias en que su desprestigio debió pesar sobre los votantes. ¿Qué llevó a muchos a equivocar la profesión y ser víctimas de la pudrición?”.

A partir de ese momento comenzaba una etapa de sectarismo como nuevo capítulo en la organización periodística en Camagüey, lucha que se recrudeció a partir de 1960 con la creación del Frente de Periodistas Revolucionarios y el deslinde del CPP.