CAMAGÜEY.- Llevamos ya en esta desigual batalla frente a los Estados Unidos de Norteamérica, la potencia más poderosa militar y económicamente que existe en la actualidad en nuestro planeta los 60 años transcurridos desde el triunfo de la Revolución en Cuba, y si nos remontamos a la época colonial y las guerras de independencia del yugo español, habría que decir que son 150.
Digo desigual porque somos un pequeño archipiélago de unos 11 millones de habitantes cuya potencia solo se sustenta en la calidad humana de sus hombres y mujeres, en la rebeldía innata que heredamos de nuestros aborígenes frente a los conquistadores iberos y porque nunca nos hemos rendido ante los intentos de dominación de ninguna potencia extranjera, llámese como se llame.
Desde luego que esa política de dominación imperial con respecto a Cuba no ha terminado, sino que progresivamente se ha recrudecido sin límite alguno en las sucesivas administraciones estadounidenses para llegar hasta nuestros días apretando aún más el nogal con que pretenden estrangularnos.
Invasión militar, bloqueo, amenaza nuclear, Ley Helms-Burton, sanciones, persecución financiera y diplomática, y en fin una cadena de acciones agresivas con las que han pretendido derrotarnos y que llega hasta nuestros días con la intención de paralizar el país energéticamente, impidiendo la llegada del combustible imprescindible para mantener la vitalidad productiva y de servicio para la subsistencia de nuestro pueblo.
Este nuevo intento de asfixiarnos en acto perverso y de extrema crueldad genocida ha tenido la consecuente respuesta del Gobierno Revolucionario que, junto a un grupo de medidas para hacer frente a dicha situación, ha convocado al pueblo a cerrar filas y en apretado y unido haz, como quería nuestro Héroe Nacional José Martí, enfrentar y vencer esta otra intentona de doblegarnos.
La falta coyuntural principalmente de combustible diésel debido a la persecución del Gobierno de Donald Trump a las navieras que transportan el petróleo a la Isla, su política de amenazas de sanciones y de chantaje hace que los buques que navegan bajo diferentes banderas, a las compañías aseguradoras, hayan limitando de momento el suministro de este combustible, fundamentalmente para el transporte de carga y pasajeros, al tiempo que necesariamente habrán de retrasarse algunas inversiones del amplio plan de desarrollo de la economía emprendido por el Gobierno.
No obstante, por tal situación no se verá afectado el suministro de electricidad tanto a la población como a la esfera productiva, imprescindible gracias a que Cuba produce el combustible que consumen nuestras plantas generadoras y la creciente producción de energía no contaminante, y en caso de que fuera necesario interrumpir la conexión no sería por períodos prolongados.
La emergencia energética actual se verá aliviada a partir del próximo 14 de septiembre, con la llegada de un navío petrolero a nuestros puertos, lo cual facilitará el conocido “empate”, y la coyuntural situación se verá estabilizada a partir de octubre y noviembre por las contrataciones realizadas al efecto del imprescindible combustible.
Es conveniente apuntar que los servicentros continuarán expendiendo otros combustibles y que los productos alimentarios de la población están garantizados, tanto en almacenes como sobre buques, para lo que se priorizará la conveniente transportación tanto de la cadena puerto-transporte-economía interna como la local hacia los centros de distribución de los productos.
Se aclaró también en el espacio televisivo Mesa Redonda, a la que concurrió el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez y miembros de su Gabinete que en modo alguno la emergencia actual implica el regreso al período especial que nos vimos obligados a implantar cuando el derrumbe de la antigua Unión Soviética y el campo socialista, ocasión en la que perdimos alrededor del 70 % de nuestro comercio exterior y el suministro de petróleo.
Contamos ahora con un plan de desarrollo económico a corto, mediano y largo plazos, dijo el Mandatario, creció considerablemente el turismo, que es nuestra principal fuente de ingreso en divisas, se incrementaron las exportaciones en general y la de servicios médicos en particular, hemos establecido provechosas alianzas, como con China, Rusia, Unión Europea, tenemos una economía diversificada y estamos insertados en la economía internacional, por lo que los planes imperialistas de aislarnos han fracasado totalmente.
No obstante llamó a aprovechar la experiencia que nos dejó dicho período, sobre todo el sentido de ahorrarlo todo, ser más eficientes en lo que cada cual hagamos, y si es posible ser más sensibles y solidarios con los problemas de los demás y pensar como país, ajenos a cualquier sentido individualista.
Listos estamos pues para combatir en la nueva batalla que nos impone el imperialismo, con nuestra capacidad de resistencia al tope, las ideas socialistas, y revolucionarios más firmes que nunca y seguros de que “aquí no se rinde nadie”, porque somos un pueblo de ¡Patria o Muerte!