CAMAGÜEY.- Después de casi dos meses de colmar el alma de los más pequeños del hogar, con el regalo de la utilidad, llegaron a su fin los talleres de verano convocados por la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC).

Aunque las despedidas tienen casi siempre un aroma de tristeza, los más chicos asumieron el adiós, desde el Centro de Gestión Cultural, como una prueba de cuánto han crecido en la actual etapa vacacional.

En la institución se encontró una representación de los cerca de 150 infantes que integraron las diversas propuestas vinculadas a la danza, la música, la fotografía, las artes plásticas y la narración oral. Una de las esquinas la adornó la exposición de creaciones con materiales reciclados, pinturas, y juegos de mesa elaborados, entre otros, por los niños de Reciclarte.

La melodía no pudo faltar en aquel espacio donde se respiró alegría, pero también nostalgia. Conocidas canciones como Maní, hicieron que el joven público aplaudiera al compás del “M con A, N con I”, y sin dudarlo, alguno marcara el ritmo con las piernas.

Cautivó a todos el excelente número de magia protagonizado por tres muchachos, que formaron parte de una iniciativa para conocer acerca de ese oficio. Tras recibir fuertes aplausos, el menor agradeció a los organizadores la oportunidad de aproximarse a las esencias de un mago.

Como para seguir las pautas de la frase martiana “honor a quien honor merece”, también fueron otorgados reconocimientos, durante el festejo, a los más destacados de los talleres de las diversas entidades de la OHCC, y se premiaron a los ganadores de los concursos convocados en las categorías de adultos y niños.

Uno de los sobresalientes del taller Mundo de Colores, Ernesto Yunior Mato Lozada, expresó que disfrutó cada hora en la propuesta, destinada a impartir los conocimientos básicos de la pintura, y se siente listo para enfrentar retos más difíciles dentro de la manifestación. La directora de Patrimonio de la Oficina del Historiador, Anabel Lestayo González, aprecia en el desarrollo de cada una de las actividades resulta una “posibilidad para recrearse, aprender y conocer, a la vez, más de nuestra historia y cultura”.

Con el tema infantil La pavita pechugona, en voz de Liudmila Pardillo, la presentación de los payasos Florecita y Cebollita y la búsqueda de un tesoro escondido, se dijo un hasta pronto a las jornadas de aprendizaje de este período estival. De momento, su éxito es ya una realidad palpable para los más jóvenes de la casa y para la familia en general.