CAMAGÜEY.- No es aficionado al béisbol, pero bateó un doble play con las bases llenas y ante un estadio desbordado. En la edición del año anterior de la Muestra Audiovisual El Almacén de la Imagen, de participación cubana y extranjera, conquistó con su mejor amigo,

Henry de Armas, el premio denominado pitching, en la categoría de animación, y en la cita más reciente del evento obtuvo individualmente el galardón en ese tipo de reconocimiento, consistente en recibir una financiación para el rodaje.

Keiter Castillo Santana disfruta mucho su doble play completado en la referida modalidad, en el 2022, en un partido en el cual lidiaron 77 obras en un certamen auspiciado por la filial camagüeyana de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), y el cual en sus 32 encuentros ha ido elevando la trascendencia como uno de los principales concursos de audiovisuales en Cuba.

En otra comparecencia en el cajón de bateo en la justa del presente año, registró una anotación más, pues el jurado central le confirió a Secuela el premio en cortometrajes de hasta tres minutos.

La obra alude a las guerras y a las huellas dejadas en quienes hayan participado en esos conflictos. La cinta había conquistado además, en el 2021, tres reconocimientos en el certamen Imago, organizado por la Universidad de las Artes (ISA).

Con los galardones del 2022 en El Almacén de la Imagen, devino uno de los concursantes más laureados en la confrontación.

Cortometraje previsto con poco más de cuatro minutos de duración, “Cachorro”, premiado en el más reciente pitching de animación, alude al incendio del hotel

Saratoga, y centra la historia en un perro que, de paseo con su dueña, al percatase de la catástrofe se fuga hacia el lugar para rescatar víctimas.

La cinta contiene una profunda defensa de la solidaridad, y de homenaje a quienes fallecieron a causa del siniestro, así como a las personas que participaron en el enfrentamiento al fuego, entre ellas, bomberos y rescatistas.

Keiter será el director y el guionista de la película, la cual concursará en el 2023 en la venidera edición de El Almacén de la Imagen.

Es miembro de la AHS en la provincia y alumno de segundo año de Dirección de los Medios de Comunicación Audiovisual, en la filial del ISA en Camagüey.

La trayectoria artística de Keiter tiene un componente dramático y a la vez feliz: sentía un miedo escénico irreversible para su especialidad de teatro cursada en la Escuela de Instructores de Arte Nicolás Guillén Batista, de la capital de la provincia.

En ese centro docente escribió relatos que visualizaba mentalmente, y ese fue el primer síntoma de su inclinación por el audiovisual y el antídoto del temor para actuar.

Después afrontó otros desafíos y trabajo como “pizzero”, soldador y ensamblador de candados.

Su labor inicial en la imagen en movimiento fue de asistente de dirección de casting del largometraje Pablo, materializado en la provincia.

Joven pausado, pero capaz de ser también sanguíneo, perseverante y optimista, acumula más de 30 realizaciones, distribuidas en responsabilidades, además de las referidas, en ramas como director de fotografía, asistente de arte, camarógrafo, realizador de postproducción y productor general.

Ese devenir incluye un largometraje, cortometrajes de ficción, documentales, animados, spots y cápsulas, y le ha mostrado que su mayor estímulo es asumir la dirección.

Su esposa, Roxana Bueno, profesora de biología, y a quien lo unen 10 años de amor, es la primera persona a quien él confiesa sus iniciativas. ¿Y hay relaciones entre los contextos biológicos y audiovisuales? Aparentemente no, pero sí, porque ambos son crisoles de vida palpitante.

Junto con la imagen en movimiento, a él también lo fascinan entretenimientos muy productivos, entre ellos, pescar especies de agua dulce, reparar su motorina, elaborar artesanalmente fuentes de luz con baterías recargables, y de vez en vez echar su mano en la cocina.

Es un bateador de jonrones, aunque no le atraiga el béisbol.

Ese es Keiter Castillo Santana, un joven consciente de que las esperanzas y la suerte deben convocarlas también el trabajo apasionado e inclaudicable, y las pasiones desbordadas del corazón, aunque el corazón tenga muchas veces razones que la razón desconoce.