GUÁIMARO, CAMAGÜEY.- Llevaba tiempo sin visitar Guáimaro. Llegué con el aroma a vainilla con que el algarrobillo perfuma esta época. La misma planta acentúa el paisaje con vistoso amarillo en racimo de flores y a veces, casual, en medio de una fiesta de verdes, se junta en juego silvestre con el coralillo rosado.
Por tanto, llegar a un espacio geográfico donde se dan, natural, escritores, artistas, entusiastas de la cultura con tantos proyectos y ganas de compartir, es lo más real que he visto últimamente de paraje bucólico en Cuba hoy.
Hasta allí, este sábado cinco de noviembre se extendió el evento nacional Emilio Ballagas con un programa de lecturas, venta de libros, danza y música a un costado del monumento a la bandera cubana en el Parque de la Constitución.
Pedro Yair, trovador
“Para que Ballagas vuelva a renacer, aquí hay un semillero bien plantado”, dijo el poeta Domingo Peña, encargado de las palabras de bienvenida a una mañana de ritmos, homenajes y afectos.
En las palabras de elogio, con el ánimo de que su obra resignifique en estos tiempo, relacionaría al coterráneo Emilio Ballagas (1908-1954) con el proverbio español de fuente bíblica: “Muchos son los llamados pero pocos los escogidos”.
Domingo Peña culminó con una cita del artículo de Ballagas, donde retrata la poesía en él, “no es un oficio ni un beneficio”, sino “una disciplina humilde, un hecho humano” al que no pudo negarse.
Diusmel Machado, escritor
Entre los bardos, Odalys Leyva compartió versos de su poemario reciente, Las dagas del exilio (Editorial Ácana), y donó, en nombre del Frente de Afirmación Hispánica, La venganza de los Céspedes, de Fredo Arias de la Canal.
Ella promovió el libro Amagos diurnos, de Randoll Machado, Premio Cucalambé. “La décima es esa estrofa que conmueve, convoca, aporta a la tradición, a la identidad, a lo trascendente, lo que tiene que ver con lo cubano”.
Además de lectura de poesía, también ofrecieron narrativa, precisamente porque esta edición, número veintiocho, del concurso homónimo convocó en el género de cuento.
Una representación de aficionados y especialistas de la Casa de Cultura Luz Palomares animaron la actividad, entre ellos, el trovador Pedro Yair Matos, de voz hermosísima e interpretación profunda.
Inquieta, pendiente de sus niñas bailarinas, estaba la instructora Zoraida Hernández Calvo, de 46 años de labor, y a quien se dedica la 41 Edición de la Fiesta Provincial de la Danza, 11 y 12 de noviembre en la ciudad de Camagüey.
Zoraida, instructrora de danza
En cuanto a literatura, hay activas una veintena de personas, ansiosas por la Casa del Escritor. Se aspira la apertura para recibir el 2023. El ambiente creativo de Guáimaro, por la muestra del parque, es habitual, constante y de confluencias. Acaso son estos, los mejores aromas y colores de una tierra que ha sido cuna de tanto, de hecho, fue la primera capital de Cuba libre.
El Parque de la Constitución es el único en Cuba que le rinde honores a la bandera y a una constitución (la de Guáimaro, de abril de 1869) y se mantiene como el espacio cívico más importante.
Otro detalle, el sábado 10 de abril de 1869 al atardecer en lo que era la plaza pública, el poeta que había sido esclavo Antonio Frías improvisó un soneto dedicado a la Asamblea de Guáimaro.
De manera simbólica, se han preservado en la base del obelisco, emplazado en 1944, tierras de varios lugares del país como símbolo del surgimiento la nación: hay de las Taironas, donde Maceo hizo un combate victorioso contra los españoles; de la casa natal de José Martí y de la finca El Abra; de Jimaguayú, donde cayó el Mayor Ignacio Agramonte; del paso de las Damas y del parque central de Santa Clara donde murieron, respectivamente, el general Serafín Sánchez Valdivia y Leoncio Vidal; y de la casa natal de Vicente García, en Las Tunas.