VERTIENTES, CAMAGÜEY.- Un equilibrista con fobia a las alturas sería algo improbable. Un malabarista con manos torpes, retaría al sentido común. Un verano sin el final apropiado, rompería el encanto de dos meses de esparcimiento. Para escribirles un cierre convincente a los habitantes del consejo popular Centro Urbano, en este municipio, llegaron desde Camagüey los placeres del ilusionismo, el humor y la narración oral.

La casa de cultura Carlos Moctezuma fue el sitio ideal para concretar la cita. Antes de iniciar, la audiencia era bastante discreta. Poco después de comenzar las acciones, se hizo difícil hallar un asiento libre. Y había que prestar atención porque la maga Yusel ya robaba asombros con sus trucos. A través de la historia han sido escasas las practicantes de ese oficio; sin embargo, el aplauso entusiasmado del público indicaba la excelencia de cada rutina.

Otra de las singularidades del número resultó el ayudante, conocido como el payaso Lechuga. El momento para que el clown triunfara ocurrió luego, cuando tuvo todo el escenario para él. Los malabares con los aros y las pelotas causaron sensación, pero su principal objetivo, escuchar risas, lo consiguió tras invitar al proscenio a dos niñas que imitaron un extraño ritmo de baile y siguieron sus travesuras.

Con la presentación de Oral lo Propio, la diversión entró por los oídos gracias al magnetismo de la palabra. Uno de sus integrantes contó una anécdota relacionada con el valor de la amistad, la humildad y la sinceridad. Su compañero cantó una simpática versión del conocido tema infantil sobre las peripecias del gallo que no podía ir a la boda de su tío Perico porque tenía sucio su pico.

Además del intenso sol, por las puertas continuaba entrando la gente. Nadie quería perder de vista cómo Julio escondía el pañuelo en una caja y, de repente, lo sacaba detrás de la oreja de Adriana, su auxiliar. Cómo, de un abracadabra, una rosa desaparecía de la palma de la mano y en un continuo y fluido movimiento surgía en otro lugar inesperado. El mago invitaba a dejarse llevar, a relajarse, aunque a veces resultara frustrante no poder descubrir los secretos debajo de la manga.

A pesar del empleo de indumentarias y técnicas tradicionales, los actos transpiraban frescura. Había un toque de novedad en las ejecuciones, una dosis de precisión, seguridad y del buen histrionismo que se necesita para atraer-retener miradas. Así lo evidenciaron Yunier y Maité, mientras realizaban el clásico número de los discos y las flores que cambiaban de color, o José Raúl González, quien conquistó con sus habilidades para intercambiar con los niños y liberar, con una varita descomunal, a la princesa cautiva en una supuesta torre. Presentaciones sencillas, pero llenas de maestría y reconocidas en las ovaciones del público.

La función en Vertientes, programada por la Dirección Provincial de Cultura de Camagüey y materializada por el Consejo de las Artes Escénicas, regaló alegría a sus habitantes.

De la misma manera, los muchachos del proyecto sociocultural Golpe a Golpe, patrocinados por la AHS, derrocharon su talento danzario, musical y humorístico para colmar de vibraciones positivas estos últimos compases del período estival. Sus destinos fueron los poblados El Diamante, en Florida; Redención, en Minas, y Crucero de Céspedes, situado en el municipio que lleva el nombre del Padre de la Patria.

Si las diversas presentaciones en el actual verano sucedieron como en la tierra vertientina, entonces puede decirse que le escribieron un final convincente a la etapa vacacional.