Las cartas son como la entrada a un paisaje de anhelos, inquietudes y respuestas. Comunican la cotidianidad, las simplezas e intimidades más sorprendentes. Algunas misivas transciende por su romanticismo, como las de Bolívar a su esposa María Teresa, otras fraternales, a las maneras de Van Gogh con su hermano Theo o las de nuestro Héroe Nacional a Manuel Mercado. En las de Eduardo Agramonte Piña descubrimos la naturaleza de un patriota enamorado y los sacrificios de un hombre de la Guerra Grande.