CAMAGÜEY.- Dentro de dos días, Cuba presentará ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el informe sobre la necesidad de poner fin al bloqueo norteamericano. Como cada año, sus líneas abordarán las afectaciones de esa política a las distintas esferas de la sociedad, incluidos la Salud y los más pequeños.
“Nadie imagina lo que siente un médico al comunicarle a una familia que la recuperación de su niño demorará más de lo esperado porque tuvimos que aplicarle procederes alternativos, al no permitírsele al país adquirir el medicamento adecuado. Nos duele que la solución se pueda obtener en 72 horas y se logre en varias semanas. Eso sí, nunca se nos ha muerto un menor por falta de recursos”, asegura el Dr. José Manuel Montejo Montejo, jefe del servicio de Neurocirugía en el hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña.
Si existe un Ministerio limitado por el bloqueo económico de los Estados Unidos es el de la Salud Pública. Solo entre los meses de abril a diciembre del 2020 las pérdidas en el sector se calculan sobre los 198 millones de dólares. El alejamiento de los mercados, el incremento de precios de importación y las trabas para la compra de medicamentos y la adquisición de nuevas tecnologías, engrosan la lista de afectaciones.
Mas, ninguna de ellas impidió, por ejemplo, la atención al pequeño de diez años David Ayon Méndez, residente en Ciego de Ávila, quien ingresó por un tumor intracraneal en la región pineal y ya se le practicó la primera de dos operaciones. “Aquí nos han cuidado con amor y nos explican los pasos a seguir. Es una situación difícil para nosotros como padres, sin embargo tener a estos profesionales al lado nos da mucha confianza”, comentó su mamá Belkys Méndez.
Y es que para el doctor Montejo no existen justificaciones cuando de salvar vidas se trata. “Por nuestras mentes jamás ha pasado la idea de dejar morir a un niño porque falte un catéter de derivación para la hidrocefalia o no contemos con Manitol, un medicamento empleado para la inflamación cerebral. Tenemos un sistema de información creado por el Ministerio que nos permite conocer la situación de los demás territorios y, teniendo en cuenta los inventarios de cada uno, ayudarnos”.
Así sucedió hace unas semanas cuando desde la sala de Neurocirugía del pediátrico camagüeyano llevaron hasta Sancti Spíritus uno de los tres catéteres de derivación en existencia para atender de forma adecuada a un menor que lo necesitaba. Estos “pequeños” gestos son los que hacen sólido al sistema de salud en Cuba.
Acerca del tema también opina el doctor Oscar Pérez Morales, jefe del servicio de Nefrología del propio hospital. “Para nadie es secreto que el bloqueo afecta de verdad y más ahora unido a la crisis económica provocada por la COVID-19. La nuestra es una especialidad que demanda alta tecnología particularmente en los métodos dialíticos pues se necesitan recursos de gran valor en el mercado internacional y se tienen que importar de lugares lejanos”.
De acuerdo con los datos ofrecidos por el galeno, las hemodiálisis que se les hacen a los niños tres veces por semana cuestan alrededor de 300 dólares, no solo por el equipamiento sino por el material desechable.
“Buscar alternativas --agrega Oscar-- se ha convertido en el día a día del personal de Salud. Superando precios y limitantes, el Gobierno cubano hace todo para encontrar lo necesario y lograr que cada niño en el lugar donde esté, siempre sea atendido como lo merece”.