CARLOS MANUEL DE CÉSPEDES, CAMAGÜEY.- Los agroazucareros del central Carlos Manuel de Céspedes —único ingenio camagüeyano cumplidor del plan técnico-económico precedente— pretenden superar en unas 15 000 toneladas las 33 000 del crudo obtenidas en la anterior etapa. Ello demandará mover molinos la temprana fecha del 15 de noviembre y sostener la eficiencia durante el ciclo productivo más prolongado de las cuatro fábricas de azúcar que intervendrán en la zafra 2019-2020 en la provincia.
Ante el reto de 157 días hábiles de molienda para producir no menos de 48 000 toneladas del dulce con cañas propias y vinculadas desde las plantaciones de los centrales Brasil y Argentina que —hasta hoy— no fabricarán azúcar en la próxima contienda, el ingeniero Luis Llanes Fernández, director del “Céspedes”, muestra optimismo.
“Trabajaremos en tres áreas fundamentales del central: molinos, calderas y centrífugas, con perspectivas de elevar la eficiencia industrial, sobre todo en la generación de vapor”, explicó.
El directivo confía, además, en que disponen de dos turbogeneradores de cuatro megaWatts por hora y otro condensante que les permitirá mayor eficiencia energética, autoabastecerse eléctricamente y aportar generación al Sistema Electroenergético Nacional (SEN), potencialidad que en otros tiempos distinguió a ese colectivo azucarero.
De funcionar bien la generación de vapor del “Carlos Manuel de Céspedes”, disminuirán los sobrantes de bagazo, cuyo exceso en la cosecha anterior sirvió para sustituir fuel oil en las refinerías Argentina e Ignacio Agramonte, de la provincia, así como la fábrica de tableros Primero de Enero, y el central Ecuador, de Ciego de Ávila. Sin embargo, todavía no han resuelto el imprescindible cargador de la casa de bagazo, tantas veces prometido.
LOS HIERROS NO “VACACIONARON”
—El 36,5 % de cumplimiento de las reparaciones después del desarme del ingenio, refleja que en el período de “vacaciones” los azucareros cespedeños trabajaron.
—Organizamos las vacaciones escalonadamente y no de forma masiva, lo que nos permitió comenzar los preparativos el 1ro. de julio. Esperamos el 5 de octubre probar el ingenio, y el 16 realizar con éxito el Ejercicio de Zafra. De la arrancada en tiempo, y con molidas estables dependerá que repitamos el cumplimiento, aseguró el ingeniero Llanes Fernández.
—Entonces, ¿todo está bien, todo es color de rosa?
—No, las tuberías y planchas metálicas no han entrado todavía y son importantes para reparar las calderas, y salideros de vapor y agua, aunque con los recursos disponibles haremos lo máximo para que la venidera campaña arranque en noviembre como está previsto, lo cual conlleva un gran esfuerzo.
CAÑA A LA “VERA” DEL BASCULADOR
Ismel Álvarez Peláez, director de los productores cañeros en “Carlos Manuel de Céspedes”, hasta hace cinco meses dirigía la UBPC San Pablo, y ahora le toca mandar y controlar que los cosechadores estatales y campesinos del territorio hagan lo que él y su UBPC conseguían.
“El plan de entrega de caña al ingenio en la próxima zafra es de 372 855 toneladas y las tenemos garantizadas”, responde el ‘bisoño’ administrador, nacido y criado entre cañaverales de la zona. Sonríe porque sabe que disponen de mucho más, sin contar el 40 % de la materia prima quedada de cosechas anteriores que deben priorizar en las primeras siegas.
Y es que los del “Céspedes” en septiembre rondarán las 56 toneladas de rendimiento por hectárea (ha) y están entre las cuatro entidades de AzCuba más productivas del país, con la mayoría de los cañaverales en suelo de secano.
Ismel conoce muy bien que la recuperación de las plantaciones constituye un trabajo sistemático de muchos años, que puede detenerse y retroceder si se incumplen los planes de siembra y las atenciones culturales de la gramínea; no obstante, en este calendario incumplieron el programa de primavera y tampoco van bien en el de invierno, cuyas sumas redondean casi 2 500 hectáreas, además de que todavía del patrimonio “terrenal” de suelos poseen 6 000 ha vacías.
Las carencias de maquinaria e implementos, y quizá hasta el déficit de combustible para preparar la tierra que les faltó alistar antes de la lluvia y no podrán plantar en secano húmedo, serán justificaciones huecas para los estimados en peligro de las venideras cosechas.
¿Por qué siembran más los cooperativistas de la “Jesús Menéndez” y la “Celia Sánchez” que los cosecheros de “Nassau” y la “Natalia”? ¿Son solo los recursos materiales las causas de los incumplimientos? La organización del trabajo, la atención a los productores, el uso de yuntas de bueyes, la exigencia administrativa y la vergüenza de todos también pesan toneladas.