CAMAGÜEY.- Desde pequeña, a Grethell los números siempre le resultaron atractivos. Sacaba buenas notas en Matemáticas en la enseñanza primaria y secundaria, pero en aquel entonces todavía no la veía como su pasión. No sentía aún ese “clic” especial que la conectaría profundamente con esta ciencia.
Fue en 8vo. grado cuando un desafío la capturó por completo. “Escuché que existía la posibilidad de entrar a la Vocacional desde 9no. grado siendo ganador de concurso y decidí intentarlo”, recuerda.
Con un gran apoyo de su profesora en la escuela, se lanzó al concurso, fiel a su asignatura preferida y encontró en ella un verdadero motor.
Para Grethell de la Caridad Tubella Delgado, la Matemática es la madre de todas las ciencias. En ella encuentra un terreno fértil para resolver problemas complejos que desarrollan el coeficiente intelectual. “Lo que más me motiva es la certeza de que cada día aprendo algo nuevo estudiándola".
Esa dedicación temprana la llevó a obtener una medalla de oro a nivel nacional, abriéndole las puertas del Centro de Entrenamiento Provincial de Alto Rendimiento Académico (Cepara), en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Máximo Gómez Báez.
Un gran paso que, sin embargo, no la aleja de su entorno. A pesar de que la mayoría de su tiempo lo ocupa el estudio de las matemáticas, Grethell siempre se asegura de dejar un espacio para compartir con la familia y amigos.
Detrás de cada cifra o problema resuelto, destaca un pilar esencial: el apoyo de su gente. “Siento que este acompañamiento de las personas que te rodean es fundamental, pues te impulsa y te motiva más a hacer lo que te gusta”.
Desde que comenzó en los concursos, su familia, sobre todo sus padres, han sido incondicionales. A su profesora de 8vo. grado le atribuye su apoyo en los inicios, y con gratitud reconoce a sus dos entrenadores en el IPVCE, Osmani Morciego y Heriberto Donet, a quienes debe sus resultados de hoy en día.
Recientemente, a inicios de noviembre, llegó una gran alegría: Grethell trajo a casa una medalla de bronce de la Olimpiada Panamericana Femenina de Matemáticas (PAGMO), celebrada en Brasil.
Antes de soñar con ello, hubo un arduo camino de pruebas y exigencias en Cuba. “Fue un proceso fuerte y de mucho esfuerzo”, relata. Primero, un concurso provincial; luego, uno nacional donde es indispensable quedar entre las 10 primeras notas del país.
“Después se realiza en la capital la preselección nacional, con un primer mes de pruebas para elegir los equipos y un segundo mes de entrenamientos intensivos. Finalmente, cada estudiante que logró un puesto sigue preparándose en su provincia hasta el día de la competencia”, explica.
La PAGMO resultó para ella una muy bonita experiencia de principio a fin. “Desde el primer día nos llenaron de actividades donde no faltaron las risas. El evento estuvo impecablemente organizado, pues pensaron en todo, incluyendo actividades de meditación y respiración antes y después de cada una de las pruebas del concurso”.
Más allá de la competencia, la oportunidad de conocer y compartir con personas de otros países fue invaluable, y espera seguir manteniendo las amistades que encontró allí.
Actualmente cursa el 11no. grado, y aunque no ha decidido la carrera que escogerá, Grethell ya es una joven de ciencia, amante del universo de los números, donde la lógica y la creatividad se entrelazan.
