CAMAGÜEY.- La primera experiencia del Taller Nacional de Historia de Cuba Colonial dejó una buena vibra en esta urbe. Durante dos días confluyeron los saberes y el gesto de ahondar en las zonas oscuras de esa etapa de nuestras páginas gloriosas. Otro grato momento derivó de la entrega del Premio Herencia, a la joven, Yeni Yeisi Adán Castaños, quien compartió, con Adelante Digital, detalles de su formación profesional y la espiritualidad que la une al rescate de nuestra memoria histórica.
“Siempre me gustaron las ciencias duras como Bioquímica o Microbiología, pero el año en que me presenté, no vinieron. Entonces di un cambio radical y decidí apostar por las letras”, dice Yeni Yeisi, quien se enrumbó por el estudio de la historia, en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, subestimada en ocasiones como disciplina y desde la perspectiva laboral.
Confirma Adán Castaños que en los inicios chocó con esos tabúes de la carrera, sin embargo, asegura “que una vez la vives, encuentras otra realidad. Recibes un cúmulo de conocimientos de arte, religión, filosofía... Obtienes una nueva visión que desde el punto de vista actual requiere de herramientas que te pueden ofrecer otras ciencias sociales.
"Aún así, llega un punto en que necesitas un diapasón mayor para encontrar respuestas, imprimirle mayor objetividad y claridad a mis investigaciones. Con ese propósito decidí realizar una maestría en antropología, en Cienfuegos, que me ofreció una mirada interdisciplinaria y un complemento a mis saberes”.
Su tesis vinculada a la racialidad, demuestra que a pesar del contexto discriminatorio y otras limitantes, hubo un grupo de mujeres y hombres negros que pudieron llegar a ser profesionales muy importantes en Camagüey, como el Dr. Demetrio Carbonell, único forense de Las Tunas a Sancti Spíritus, la Dra. Cruz Angulo, primera mujer negra graduada en medicina, probablemente de Latinoamérica, y Fernando Oms Molina, un prodigio de la salud.
Comenta Yeni Yeisi cómo de Cienfuegos, sucedió un salto en su ámbito profesional al aceptar una posibilidad de trabajo como museóloga especialista, en la Casa de Asia, en La Habana. “Allí traté de especializarme en la cultura asiática, específicamente en la de Japón, India y China, y sobre ese tema he efectuado trabajos cuyos resultados he mostrado en eventos.
Tomo como epicentro de mis estudios, la belleza de las producciones artísticas de esos países, reflejada en campos como la filosofía, la religión y el arte”. En ese último particular destaca la singularidad de las esculturas de la India, las pinturas chinas y las japonesas, representadas en estilos como el ukiyo-e.
Regresó a su provincia natal, con su familia, cuando inició la Covid-19, y aquí continuó sus labores en la Dirección de Investigaciones de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey. “Puedo decir que en esa entidad, donde llevo alrededor de tres años, he desarrollado mi oficio y he colaborado, de manera intensa, a la reconstrucción de sucesos, aportes de datos y, de manera global con el rescate de la memoria histórica.
"Entre los proyectos en los que he participado se encuentra la investigación de la evolución y transformación del inmueble de la antigua Fábrica de Camisas, y el de López Recio #9, que acogerá la Casa de la Décima, y tengo la dicha de haber estado al frente de un grupo de trabajo de pintura mural y de arqueología muy capaz”.
Además de esmerarse en redescubrir el pasado que compone nuestro patrimonio, Yeni tiene otra pasión: La música le corre por sus venas. “Estudié canto coral en la escuela vocacional de arte Luis Casas Romero, pero siempre quise ser universitaria. Mi familia influyó mucho en esa decisión”. Vibró su voz en los Festivales de Aficionados, como cantante de Maraguán, en el Tropisur, de Cienfuegos, y en la capital engalanó las programaciones del Piano Bar Delirio Habanero y el Bar Brindis Club.
“Aquí he continuado con esa inclinación artística y los sábados me estoy presentando en la Casa de la Trova, cerca de las 10:00 p.m.. Aunque mi superación profesional ocupa gran parte de mis pensamientos, me gusta la idea de dedicarle un espacio al canto”, comenta.
El recibir el Premio Herencia, instituido por la Unión de Historiadores de Cuba, filial Camagüey, para reconocer a jóvenes que han contribuido desde su quehacer a esa materia, fue para ella “un estimulo importante, sobre todo moral. Vivimos momentos donde muchos migran a otras esferas con una mejor remuneración. El galardón me motiva a continuar mis sueños, a confiar en la profesión que elegí”, refiere Yeni, quien asume la vida como un reto, como un camino de continuos valladares que siempre pueden salvarse si los propósitos son firmes y la perseverancia es la guía.
"En conjunto con mis compañeros he participado en la de Avellaneda #66, en la casa de la Plazuela, la más antigua de Camagüey. Muchas veces nuestro trabajo es algo invisible, porque solo se ve el resultado de la obra".