CAMAGÜEY.- Yeosdani Reynaldo Culley y George López Peláez, de 45 y 52 años, respectivamente, andan juntos desde que ocuparon asientos en el politécnico de informática Máximo Gómez Báez, de Camagüey.
Por azar de la vida volvieron a reencontrarse en la Empresa Eléctrica de Camagüey hace más de una década, en diferentes departamentos, pero con un mismo fin: optimizar los servicios comerciales de la entidad y que los clientes hallen un espacio de gestión eficiente, abrazado al rigor de las investigaciones, dirigidas a resolver problemas de base de datos, mediante el sistema Informático de gestión comercial (Sigeco).
A los dos innovadores les place que en todas las sucursales comerciales de Cuba, los usuarios encuentren rápida respuesta a sus inquietudes sobre diferencias que ocurran en la relación lectura-factura por los gestores en las visitas a los hogares o centros laborales.
Reynaldo relató que el programa se encarga de la revisión relacionada con el número del metro contador, la dirección de los clientes y de otros servicios, y mencionó el diseño de otro proyecto en funcionamiento para el servicio telefónico 188-88, el cual permite interactuar con quienes deseen solicitar el consumo del mes y el valor de la cuenta.
Otra aplicación, de las más de 11 en total registradas por la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), nació en la etapa de la COVID-19 y facilitó el intercambio con los clientes sin la necesidad presencial de los lectores-cobradores en los barrios.
El especialista informático e instructor de Sigeco despejó la duda del monto de más de seis millones de pesos de ahorro para el país, fruto de las innovaciones. Evitó emplear un presupuesto para pagar un Software fuera del escenario de la empresa.
“El ahorro no es solo de horas trabajadas, del Software empleado, sino las horas que se reducen, y el combustible dejado de consumir. No se trata nada más de actualizar, realiza otras operaciones, te ayuda en el proceso de visitas de inspección”, sostiene el más joven de los racionalizadores.
La elaboración de un software no se logra de un día para otro, en ello se emplearon años para concretarlo y comprobar la efectividad en el terreno de la aplicación práctica.
Tanto Yeosdani como George se desempeñaban como educadores en el politécnico, pero el proceso de perfeccionamiento del trabajo de las nuevas tecnologías les cambió la vida. El primero recibió entrenamiento como programador, diseñador y en la especialidad de la base de datos. El segundo eligió el horizonte de especialista principal en el departamento de sistemas de gestión comercial.
“Todavía sigo haciendo cosas. Me gusta crear para que la gente se sienta bien, lo cual es una de las mayores satisfacciones. Siempre cuentan conmigo para este trabajo”, dice Reynaldo
George ratifica que el trabajo está dirigido a resolver problemas que se presentan en el área comercial, dar información precisa, necesaria, y como una de las cuestiones fundamentales, la reducción de pérdidas, “resolver el problema sobre la marcha y no esperar el fin de mes”. El amplio campo de acción ha abarcado el ámbito de la capacitación de los trabajadores, mediante una página Web y enriquecimiento de solicitudes de la Unión Eléctrica.
A la pregunta de si cumplen con el pedido del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez de impulsar la ciencia y la innovación, George aseguró que esa tarea enamora, “nos estamos superando constantemente. Al principio uno lo hacía como un gusto personal, después que entra al mundo de la ANIR, piensa en resolver el problema y ser más eficientes. En realidad cuentan con nosotros y la labor se refleja en la mejor calidad de los servicios”.
Hay eléctricos que no escalan postes, pero desde las oficinas, poniendo la inteligencia a favor de la sociedad, hacen más placentera la vida de los clientes y de los propios trabajadores.