CAMAGÜEY.- La genialidad de Fidel, como siempre es impredecible. Por azar de la vida conocí sobre el surgimiento de la idea de construir en Camagüey, después del edificado en la capital, el segundo Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba, una ciencia entonces en cierne en el mundo.

Resulta que Lázaro Vázquez García, quien durante 14 años asumió la responsabilidad de primer secretario del Partido en Camagüey, siempre que se le acentuaba en uno de sus pies el dolor a causa de una verruga plantar e iba a la capital, visitaba a Manuel de Jesús Limonta Vidal, con quien compartía fila en el Comité Central del Partido. El galeno mediante un tratamiento médico mejoraba las dolencias del dirigente político.

Corría la segunda mitad de la década de 1980 y una buena tarde lleg’o a la oficina del doctor Limonta en el CIGB, Maine, jefe de los escoltas de Fidel, y le comunicó: Allá afuera está el Comandante, quiere verte.

Medio preocupado pensando què podía haber pasado, Limonta llegò al área exterior del centro, donde estaba Fidel y junto a él, Lázaro Vázquez. Por el rostro del Comandante intuyò que no era para llamarle la atención. La incógnita se aclaró rápido:

"Limonta, quiero hacerte una pregunta, un centro como este pudiera hacerse en Perú” y la respuesta del interlocutor fue: “El país que haga lo de Cuba se transforma”. La conversación al parecer quedó trunca.

A Limonta le llamaba la atención que Lázaro le guiñaba insistentemente un ojo, mientras que, callado acompañaba al Comandante, pero no soltaba prenda. Llegó a pensar que el dirigente camagüeyano estaba padeciendo un tin nervioso.

Ambos se marcharon y quedó la interrogante; ¿Qué quiso decirme con Perú? Sin embargo, a los diez minutos Lázaro apareció solo. “El problema, cuenta, es que el Comandante quiere hacer otro centro. Habló de Perú, pero en realidad era sobre Camagüey”. El Comandante para realizar proyectos, investiga, pregunta y buscaba elementos suficientes razonó Limonta.

Manuel de Jesús Limonta Vidal durante la etapa que asumió la responsabilidad de director general del CIGB visitaba Camagüey, en la fase de ejecución de la obra. Específicamente ataviado de ropa de trabajo, el 25 de julio de 1989, sobre las tres y media de la tarde, espero allí a Fidel.

Vencía el Líder Histórico hasta este lugar un agotador recorrido de más de 200 kilómetros que lo llevó esa mañana del 25 de Julio a inaugurar la comunidad rural Nicaragua, en Jimaguayu, a visitar la Vaquería 409 de la Cuenca Lechera, concebida por él, la planta de zeolita en Najasa, el circulo infantil de Cuatro Caminos y el asentamiento de edificios multifamiliares Patricio Lumumba y la fábrica de quesos, en construcción, ambas instalaciones en el municipio de Sibanicú.

Antes de su aparición en la circunvalante norte, donde se encuentra el CIGB de Camagüey, hizo un alto en el motel Tayabito, a las afueras de la ciudad para departir brevemente con los periodistas que cubrían el recorrido a quienes advirtió:

“Hoy vamos a terminar tarde”, como fue”, efectivamente tomaría como ruta el ISCM Carlos J. Finlay (hoy universidad) y por último la terminal de ómnibus nacionales al filo delas ocho de la noche, una de las más de 1 000 obras ejecutadas nuevas o reparadas al calor de la emulación especial del 26 de Julio, que van desde un pequeño centro de embriones hasta el edificio 26 plantas de la plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte.

UNA OCASIÓN IDEAL PARA HABLAR CON LIMONTA

Con motivo de la presentación del libro Fidel, interferon y la biotecnología cubana pudimos conversar con Limonta en la sede del CIGB camagüeyano.

¿Doctor en realidad en algún momento se pensó producir Interferón en Camagüey?

–En Camagüey la idea era realmente desarrollar la biotecnología en la provincia orientada a su actividad económica, la esfera agropecuaria. Por tanto, todas las variantes que existían se pensaron , lo que se toma la decisión de trabajar en aspectos que para un centro que comenzaba le fuera mas factible enfrentar los mismos.

"Entonces fue como se produjo la participación de Camaguey en distintas actividades dentro del CIGB que tenia que ver con cuestiones de allí y después ir desarrollando aspectos propios.

"Por ejemplo, aquí se trabajó en una vacuna para la colibacilosis porcina que su logro sirvió de entrenamiento del personal, la ingeniería genética en plantas y peces, también se ha trabajado en una para el cáncer de próstata, la vacuna de la garrapata, o sea, Camagüey siempre ha sido un lugar donde ha habido una enorme disposición a enfrentar cualquier tarea que hiciera falta para el desarrollo del país dónde el enfoque a temas agropecuarios ha tenido prioridad sin descartar la salud humana. Ellos han sido complementarios al centro de ingeniería genética de La Habana, pero,además han tenido autoría propia en diferentes cosas".

En el centro nacional se produjo Interferón, la vacuna contra el cáncer y otros productos como Heberprot-P para el pie diabetico, pero como colofón, con la participación de otros sectores, se lograron las vacunas contra la Covid-19 que da prestigio internacional a Cuba.

Limonta, conociendo usted a Fidel y la capacidad de adelantarse al tiempo, que piensa hubiera dicho Fidel de este hecho, de estar vivo, aunque para nosotros está vivo. A la pregunta responde en presente.

"Imaginate Fidel es un hombre tan inteligente, que interpretar o pensar lo que hubiera dicho ese hombre tan inteligente es difícil. Una persona de conocimiento tan vasto, no es fácil, uno no se siente confortable con enfrentar una pregunta de ese tipo.

"Si creo que hubiera estado extraordinariamente feliz. Y que una de las cosas que hubiera pensado, me atrevo decirlo, despues de haber tenido una muy modesta, pero muy fructífera interrelación con el Comandante, que se imaginaba iba a lograrse por la confianza de los resultados del centro y de su personal".

Momentáneamente nos transportamos a más de 60 años para hablar de Limonta niño en su Santiago de Cuba.

"Soy santiaguero, me crie en un barrio de gente muy pobre, mis padres eran muy pobres. Me crie en un llega y pon. La gente había construido allí y no tenían propiedades del terreno".

"Había muchas discusiones con el que decía que era dueño de esa zona. Lo que te puedo decir es que por mi madre que siempre nos inculcó el estudio, mi madre era una persona muy religiosa y preocupada por el estudio de los hijos, junto a mi padre, pero ella es la que realmente desarrollo eso con la intensidad que se hizo en el caso de mis nueve hermanos.

"Una vez que consiguió una beca en una escuela de Salesianas de Santiago de Cuba, a través de las relaciones de ella con las monjas de la Colonia Española que estaba cerca de mi casa. Incluso en mi casa se desarrollaban oratorias, de ese tipo de reuniones que hacían las monjas y curas también enseñando la fe católica.

"La beca fue en el colegio salesiano Don Bosco, una etapa muy fructífera de mi vida, un lugar de alta calificación, un centro privado. Entre en el tercer grado hasta que me fui para el bachillerato".

Limonta estando en sexto grado se examinó para entrar al preuniversitario Cuqui Bosh y lo aprobó, pero no abrió porque las fuerzas revolucionarias en Santiago de Cuba eran muy fuertes y no lo permitieron como parte de las protestas contra el gobierno de Batista; sin embargo, siguió avanzando en los estudios hasta el triunfo de la Revolución en que pasó al instituto.

A el le gustaba mucho el deporte, practicado desde niño el beisbol, jugaba el jardín central, el voleibol, corría 400 y 800 metros y participó en competencias nacionales, estuvo en una preselección nacional para ir a un evento internacional en Jamaica, impedido al lesionarse en una practica en una pista que no reunía las condiciones.

El año 1962 fue el del salto para estudiar medicina en el primer curso que inició la escuela de medicina Victoria de Girón, después de graduado hizo el servicio médico rural en la zona del norte de Oriente, terminada esa etapa, en la que asumió diferentes responsabilidades, volvió a La Habana a realizar el primer año de medicina interna y luego a la especialidad de hematologia, retomada después de regresar de una misión internacionalista en Tanzania.

En sus explicaciones es muy objetivo el entrevistado. Señala que, sin pensarlo, se vio involucrado en los preparativos para enfrentar la tarea de encauzar que Cuba produjera Interferon.

Un día en la clínica que trabajaba le dijeron que el Comandante quería hablar con el, sostener un intercambio, le preguntó sobre ese particular y Limonta ofreció sus valoraciones hasta que le comunicaron de la designación para ir a Estados Unidos.

Esa historia aparece relatada en el libro: “Fidel, Interferón y Biotecnología Cubana” y en otro momento de la conversación, Limonta tocó, a solicitud nuestra, una virtud que siempre lo acompaña: la modestia.

"Hay razón de hombre sencillo, en definitiva provengo de una familia muy pobre, conocí la pobreza en carne propia, me relacione con personas de esas características”.

Siguiendo el hilo conductor de la modestia comentó la contribución de la Revolución "que te enseña muchas cosas, en primer lugar, las enseñanzas de Fidel, de sus enormes discursos que se escuchaban en mi casa, siendo un adolescente asimile bastante sus enseñanzas; soy producto del esfuerzo y de las luchas de la Revolución y de las relaciones con todo el ambiente que me ha rodeado".

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—¿Tareas que desarrolla actualmente y de cara al futuro?

Realmente estoy bastante ocupado. Administrativamente estoy jubilado desde el 2006, pero tengo bastante tareas y me siento feliz. Me ayuda y me gusta estar en actividad, sobre todo, mantener la mente en activo que me ayuda mucho.

“Después de la jubilación estuve nueve años y medio trabajando en el Consejo Mundial de las Ciencias, era director para América Latina y el Caribe. Se mantiene muy activo con residencia en Mexico y despues en centroamérica.

"Soy miembro de la llamada Academia Mundial de Ciencias para el desenvolvimiento de los países en desarrollo, la PWAS. y he sido vicepresidente de esa organización en los últimos seis años".

Él siempre ha tenido responsabilidad alli en el comité de selección y aprovechó el intercambio con los participantes en la presentación del libro para anunciar que por primera vez de Camagüey hay una persona: Yaile Caballero Mota, admitida en esta organización para orgullo personal suyo y de otros muchos compañeros.

En esa organización ha desplegado muchas actividades y es una de las fuentes de actividad que tiene en estos momentos como vicepresidente, además, de mantener vínculos con muchos compañeros, fundamentalmente del CIGB que lo llaman y acude con placer, para discutir un artículo, darle la opinión de un trabajo, en fin, ello lo mantiene ocupado y lo alegra mucho.

La breve estancia en Camagüey le resultó enormemente placentera por mantenerse activo, lo que le ayuda, inclusive, al desenvolvimiento humano a determinada edad, a las puertas de cumplir 80 años en el 2023, "muy bueno para las funciones cerebrales".

Limonta durante la presentación del libro, efectuada en el salón teatro del CIGB aqui, mantuvo el auditorio en vilo por más de dos horas acerca de la aventura vivida por un pequeño equipo de médicos, profesores e investigadores de la ciencias biológicas, de los contactos con científicos estadounidense y finlandes y de otros pasajes anecdóticos de los encuentros con Fidel hasta que hicieron posible la producción de Interferón, medicamento esperanzador a nivel global para combatir el cáncer.

“Fidel, Interferón y Biotecnología Cubana” de la Editorial Academia, tuvo una pequeña tirada y fue presentado por vez primera en el Centro Fidel Castro de la capital, aunque hay augurios de la posibilidad de de editarse por Ácana y también en Puebla, México, por la tenacidad mostrada por un académico camagüeyano asentado en ese estado de la nación azteca.