CAMAGÜEY.- Orgullosa del trabajo que realiza la MSc. Aylín Nordelo Valdivia, jefa de Departamento de Investigación y Desarrollo del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey, labora convencida de la importancia de la presencia de la mujer en la ciencia cubana e internacional.
La pasión por su profesión la enamora en cada jornada laboral. No considera difícil el trabajo de una científica, aunque sí reconoce las trabas extras que a veces surgen por ser mujer.
“Muchos estereotipos actualmente afectan el desarrollo social y profesional de las mujeres en el mundo. Sin embargo, considero que en nuestro país están creadas las condiciones necesarias para garantizar el empoderamiento de la mujer por el que hoy está luchando el mundo y que resulta una de nuestras conquistas. Ya la parte de la ciencia es más fácil, pues depende del conocimiento que seamos capaces de adquirir y convertir en resultados”.
—Es que todavía hay quien considera a la ciencia masculina...
—La historia de la ciencia ha privilegiado a los hombres porque para la sociedad sigue siendo así, un universo masculino. Afirma un estudio realizado por la Unesco que solo 17 mujeres han ganado el Premio Nobel de Física, Química o Medicina desde que Marie Curie lo obtuvo en 1903, en comparación con 572 hombres. Adicionalmente, dentro de la población femenina en la educación superior a nivel mundial, solo alrededor del 30 % elige disciplinas de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
“Según la Unesco, tan solo 30 de cada 100 investigadores en el mundo son mujeres. Sin embargo nosotras desempeñamos un rol fundamental en el futuro desarrollo del planeta. Muchos programas y proyectos mundiales promueven la innovación de mujeres y niñas en el sector científico.
“Y es que siempre la mujer ha ido más allá de lo que la sociedad ha planificado para ella. Algunas usaron seudónimos, se vistieron de hombres, colaboraron con sus esposos... y, aunque no se llevaron los créditos alcanzaron resultados que significaron avances para la sociedad.
“Hoy todos esos capítulos ocultos se conocen más. Si bien es cierto que durante siglos existió esa desigualdad muy marcada entre hombres y mujeres en el estudio y desarrollo de la ciencia, que se frustraron carreras, se despreciaron ideas y trabajos desarrollados por grandes científicas, hoy existe una panorámica distinta, aunque quede mucho camino por recorrer.
“En la medida que equiparemos más el acceso a posiciones de toma de decisiones y de jerarquía y permitamos que se igualen dentro del sistema de ciencia, tecnología e innovación la participación, promoción y resultados de todos, alcanzaremos una ciencia de mayor calidad.
—¿Cómo es ese panorama para las cubanas?
“A partir del triunfo de la Revolución Cubana, se establecieron políticas sociales para las mujeres que les permitieron estudiar, aspirar por una carrera universitaria y al postgrado que le garantizaría la inclusión social y la amplia participación en el desarrollo científico, económico, social y político del país.
“Incluso en medio de esas estadísticas a nivel mundial, el 53 % aproximadamente del sistema científico está representado por mujeres y con una importante representación jerárquica.
“Desde los propios institutos de educación (IPVCE) se han promovido iniciativas para lograr una participación equivalente entre géneros, igualdad de oportunidades. También se realizan desde la Academia de Ciencias de Cuba actividades de orientación vocacional con un enfoque de género donde se reflejen los aportes de científicas y su trayectoria de vida, mostrándolas como un modelo no solo para las muchachas, también para los muchachos.
Como una luchadora incansable y con una creatividad desbordante define la científica a la mujer de la ciencia cubana en estos tiempos. Los aportes femeninos en la etapa más difícil de la COVID-19 corroboran su afirmación:
“Durante el período de la COVID-19, logramos romper los techos de cristal que nos pone el patriarcado y olvidarnos tanto del efecto pipeta como del suelo pegajoso del que te comentaba. Nuestros trabajos fueron los protagonistas en la respuesta a la pandemia. Resulta muy triste que haya sido una crisis sanitaria mundial quien abrió los ojos a quienes no eran capaces de notar la capacidad y el potencial de tantas mujeres científicas en el mundo. Siendo positivos, sirvió para romper estereotipos lo que constituye un hito para la mujer en la ciencia.
“En la Salud Pública Cubana, el 69,6 % lo representan las mujeres las cuales llevaron a cabo desde la obtención de vacunas y productos novedosos hasta la propia inmunización y tratamientos innovadores. Sobreponiéndose a los tabúes de la edad, las responsabilidades del cuidado que nos son asignadas en la familia, la doble jornada... todas estas realidades no impidieron lograr los resultados, pero sí constituyeron grandes retos en una sociedad que aún es machista”.
—¿Qué científicas cubanas constituyen para usted hoy esos modelos a los que mirar con orgullo?
—Fueron científicas cubanas quienes constituyeron los rostros de las vacunas cubanas Soberana y Abdala, como la Dra. Dagmar García, directora de Investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas y Dra. Miladys Limonta Fernández, gerente del proyecto de vacunas antiCOVID del CIGB, quienes las llevaron adelante.
“Otro ejemplo lo son las cubanas Tania Crombet, directora clínica del Centro de Inmunología Molecular, y Guadalupe Guzmán, titular de investigación y diagnóstico del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) quienes formaron parte del Panel Internacional de expertos como Grupo Asesor para el enfrentamiento de la COVID-19 en el mundo. Ellas, por sus responsabilidades, tienen mayor visibilidad, pero hay mucho talento femenino aún anónimo con una obra para aplaudir, para sentirnos orgullosos”.
Son, sin duda, claros ejemplos en la Cuba de hoy para ilustrar la capacidad intelectual de nuestras mujeres. Las cubanas en general merecen un lugar importante en la historia de fundación y continuidad de la Revolución. Además de trascender en los más disímiles escenarios, han tenido que multiplicar energías y méritos para luchar contra el machismo, al que tantas, como Aylín vencen, todos los días, con ciencia.