CAMAGÜEY.- “Todo está en que uno disfrute lo que hace. Hasta ahora hemos sabido representar los intereses del pueblo porque estamos ahí para el pueblo, y las quejas son mínimas. Fíjese que con todas las transformaciones que se han hecho en país a nosotros no nos han tocado”, dice con orgullo Arnaldo Gómez Márquez, abogado del Bufete No.1 con 35 años de experiencia en su labor.
Él, junto al resto de los compañeros que ayudaron a Adelante a adentrarse en la vida de los Bufetes Colectivos, recibieron la Toga de Honor y el Sello 55 Aniversario que entrega la organización, a propósito del festejo, a abogados con más de 25 años en ejercicio con trayectoria profesional destacada y más de 20 años en la organización, respectivamente.
Foto: Tomada del perfil en Facebook deTeresa Hinojosa Torres“El hecho de que nos entreguen la Toga de Honor significa no solo un reconocimiento por tantos años de trabajo con satisfactorios resultados, sino también el compromiso para lo que nos queda dentro del bufete”, agrega Teresa Hinojosa Torres, jefa de equipo del Bufete No. 2 y presidenta provincial de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.
“Son muchos años de dedicación, de sentido de pertenencia. Nuestros propios hijos forman parte de esa gran familia, se conocen todos y algunos se han inclinado por la profesión. Eso es lo que queremos transmitirles también a los jóvenes. La fuerza de trabajo de los bufetes es muy estable por el amor que siente hacia el trabajo y el sentido ético de la profesión, que debe estar presente por encima de todo”.
Los Bufetes Colectivos son una organización autónoma y autofinanciada de prestación de servicios jurídicos personas naturales y jurídicas entre los que figuran la representación en trámites:
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Arnaldo se graduó de Licenciado en Derecho en un instituto militar: “Trabajé mucho la instrucción policial, pero me licencié, por eso ahora no me gusta ir a las prisiones, me he inclinado por la parte civil, administrativa y actualmente me especializo en problemas laborales, que dan bastante guerra.
“Cuando uno hace un compromiso, porque el caso suyo ya es mío también, uno pierde hasta el sueño porque sabe que alguien puede perder una casa, un carro, un trabajo importante para mantener la familia… un desliz del abogado es determinante y hay términos que cumplir”.
“Es que todos los trámites son de término –interviene Teresa- y un abogado puede tener hasta 150 trámites a la vez todos con términos diferentes, aunque recomendamos oscilen entre 60 y 70. Eso depende de muchas cosas, especialmente de la capacidad del abogado y de la complejidad de los asuntos”.
—¿Qué abogados consideras paradigmas para ti?
—Ser jefa de equipo me ha sido muy provechoso porque también aprendes de tus compañeros, pero un ejemplo para mí fue Raúl Cepero Muñoz, ya fallecido, un maestro inigualable. Si algo bueno tienen los bufetes es que nos consultamos cualquier duda hasta con compañeros de otras unidades, realmente somos uno en toda la provincia, por eso podíamos contar también con Cuellar (Manuel de Jesús Cuellar Oramas) y Fermina Montejo Rodríguez, quien siendo técnica auxiliar se graduó como abogada y continuó trabajando en el mismo bufete, un ejemplo para nuestros técnicos y abogados de hoy en todos los sentidos.
ABOGADAS Y MUJERES EN LA DIRECCIÓN
Mérida Loreto González López, jefa de equipo en el Bufete No. 1 con 35 años de experiencia en la organización.
“Uno de los momentos más difíciles para mí fue la decisión abrupta e inesperada de confiarme la dirección del Bufete. Me sentía muy joven, con poca experiencia, tenía dos niños pequeños y esa unidad dirigía Najasa, Jimaguayú, Guámaro y Sibanicú.
“Los primeros días fueron muy difíciles. El colectivo estaba compuesto por abogados renombrados como las hermanas Mirian y Eulalia Velazco Mugarra, Neris Corrales, Mario Santana Basulto, que tenían larga trayectoria y experiencia basta, me sentía chiquitica entre ellos. Con suerte tuve el apoyo de todos hasta que pedí mi liberación por problemas personales pero fueron 11 años en el cargo.
“De ese tiempo agradezco a la Asamblea General la formación política y cultural y reitero que la gran familia se extiende a toda Cuba, pues a cualquier provincia que llegas y te identificas te tratan como si te conocieran de toda la vida y se desviven en atenciones”.
—Gratificaciones de la profesión
—El año pasado tuve que hacer un Recurso de Casación (reclamación ante el Tribunal Supremo) de un asunto civil que me dieron como tarea porque nadie lo quería pues se pensaba que no prosperaría. Sin embargo, a pesar de que lo presenté el último día me lo acogieron y prosperaron los dos motivos que expuse. Eso fue muy grato para mí.
Añade Noris Busto Serrano: “Este es un trabajo muy estresante porque tienes que lidiar constantemente con los problemas de las personas que hay que defender, proteger, asesorar y educar, porque algunos reclaman derechos que no le asisten. Hay casos que sufres junto a los clientes y otros que disfrutas el resultado”.
BUFETES COLECTIVOS EN CAMAGÜEY
Noris es la directora provincial de los Bufetes Colectivos. “Se crearon a instancias del Colegio de Abogados porque la población no podía acudir a su defensa por las tarifas tan altas de los abogados particulares. Luego de su fundación el 22 de enero de 1965 todo el pueblo, sin distinción, puede acudir a los mejores abogados del país con tarifas asequibles que se aun se mantienen. En Camagüey se crearon el 15 de julio de ese mismo año, iniciando con el Bufete No. 1 cuya primera sede fue un salón del Tribunal Provincial, y hoy contamos con 13 bufetes en toda la provincia”.
Con ella conocimos que en el 2019 se brindaron más de 35 000 servicios; y según un estimado teniendo en cuenta que de cada cuatro personas que realizan consultas gratuitas una firma contrato fueron atendidas unas 100 000 personas aproximadamente.
“Nos hemos esforzado por crearle las condiciones materiales a los abogados para el desempeño de la organización, pero fundamentalmente para el público, para que acuda a un lugar con prestancia, y lo hemos conseguido. El que llega hasta allí es porque tiene una situación compleja y necesita ayuda, por eso es importante que se sienta bien desde que llega a nuestros locales”.
—Pudiera comentarnos algún caso que no olvida.
—Mi primer contrato de servicio jurídico se trataba de un Recurso de Apelación que venía a establecer un campesino a quien le exigían indemnización de daños y perjuicios. Esta persona no se había defendido en el Tribunal Municipal, lo que hacía más difícil el recurso y la contraparte estaba representada por la doctora Neris Corrales, una profesional de reconocido prestigio, y me puse muy nerviosa. Entonces mi tutora, otra abogada muy capacitada, Fermina Montejo, me dijo: “Ya tú eres una profesional. Tienes que ir al lugar donde se produjo el daño”, pues las condiciones así lo exigían.
“Era en Camalote en un lugar que se llama El Mije, y yo no tenía idea de dónde quedaba eso. Allá llegué a campo traviesa pero con la panorámica que tuve ese día pudimos ganar el caso y eso para mí era la gloria misma”.