VERTIENTES, CAMAGÜEY.- Cuando todavía Vertientes no poseía corresponsalías, un dinámico activista garantizaba “minutas” informativas desde el medio sur agramontino. Como corresponsal voluntario obtuvo cinco premios nacionales por los años ‘70, aunque tanta inquietud lo llevó a ser el delegado del equipo de béisbol Ganaderos, nuestro único campeón en Series Nacionales, gran aventura que no lo apartó de los micrófonos y grabaciones en Zafra Musical, Meridiano, Radio Florida, Radio Santa Cruz, el programa Deportivamente, de Radio Rebelde  y la génesis de una cabina para conectar con Radio Cadena Agramonte, aunque hoy ya el municipio cuenta con su propia emisora.

Sin más rodeos doy el nombre del personaje: Néstor Basulto Roldán… ¿Quién no lo conoce en La Cubana?

 “Si vienes a hablar mal de la Revolución, con chismes, no entres”.  Ese es el cartel que recibe al visitante a un costado de su casa, donde un sencillo patio se ha convertido desde hace una década en  mini museo y local para reuniones cederistas.

Varios bancos y mesitas permiten el acomodo en el espacio techado, con  piso enlajado y suave brisa para reposar la llegada hasta el polvoriento reparto vertientino.

Eso sí, hay carteles que advierten no fumar, junto a otros con frases y fotografías del Che Guevara (nombre del CDR), Camilo Cienfuegos e Ignacio Agramonte:

“Soy el presidente del CDR, también coordinador de la zona 109 y ocupó el cargo de Patriótico de la Delegación Municipal de los Combatientes, por eso desde hace 15 años ambienté todo el espacio para desarrollar los encuentros, hacer acciones con la comunidad e incluso recibir la visita de los pioneros”.

—¿Y la salita de historia?

—Ya lleva 10 años. Tengo que organizarla un poco para poder recibir a más estudiantes y coordinar más acciones con la militancia, los combatientes y los cederistas.

Dicho así parece muy sencillo, no obstante nadie en Vertientes atesora tanta historia regional. Un pequeño cuarto de desahogo se convirtió en una curiosa vitrina, con fotos, recortes de periódicos, galardones y trofeos, como cuando los azucareros reinaban en la pelota dulce de los años ‘40.

En ese pedacito de patio hay mucho por explorar y conocer, desde los bailes en las asociaciones del batey, los juegos de pelota con sus protagonistas, visitas ilustres, hitos de las comunicaciones locales, las medallas del deporte, los lugareños ausentes y casi olvidados, objetos, testimonios (porque Néstor guarda viejos casetes con elocuentes grabaciones) y hasta donaciones de los internacionalistas.

Parecía que con la jubilación habría descanso para este corresponsal y sin embargo su emprendimiento conmina a la comunidad, como el intranquilo habitual que alguna vez musicalizó en la Fonoteca, asistió como invitado al quinto Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, y hoy, además de ayudar en las ceremonias patrióticas, innova con un nuevo museo comunitario.