CAMAGÜEY.- Antigua y Barbuda fue de las naciones que actuó con prontitud ante la penetración del SARS-CoV-2 en el archipiélago. Cuenta el futbolista camagüeyano Yaisniel Nápoles, quien estaba contratado allá, que los primeros dos casos entraron en un crucero y a principios de abril, cuando acumulaban 28 positivos y falleció el primer paciente, cerraron fronteras.
“Nos manteníamos jugando la Liga Premier y a falta de dos fechas, cuando más cerrada estaba la clasificación, decretaron la cuarentena. Inmediatamente nos trasladaron a las instalaciones del club en la ciudad de Liberta y nos llevaban comida y aseo para que no tuviéramos que salir. Un día se nos ocurrió ir al terreno con una pelota y la policía por poco nos lleva presos. Así pasamos dos meses hasta que gracias a gestiones gubernamentales pudimos regresar a Cuba en un avión que vino a recoger a los estudiantes que estaban aquí”.
El Liberta FC anclaba en el séptimo lugar de la tabla a seis puntos de la cima, por lo que el defensor lamenta la cancelación. Él era el único jugador del conjunto que había disputado todos los minutos del torneo, mientras que su coterráneo Armando Coroneaux sumaba siete goles con otra franquicia. Hoy ambos “hacen el cuento” junto a sus seres queridos a espera de que todo vuelva a la normalidad para cumplir con las extensiones de sus contratos o incorporarse a los Miuras en la próxima Liga Nacional de Fútbol.