CAMAGÜEY.- Símbolo de la lucha antiapartheid contra los regímenes racistas sudafricanos, los mismos que embistieron a Angola y otras naciones vecinas, Nelson Mandela o Madiba (nombre en señal de respeto) representa la voluntad del hombre cuando acaricia nobles causas, cuando sabe de su responsabilidad para forjar un mundo más justo y pleno.
Mandela no es de Sudáfrica. Mandela pasó a ser ejemplo mundial, y su postura de patriotismo ante quienes pretendieron doblegarlo detrás de unas rejas por 27 años interminables, le granjearon merecido respeto y el mérito de que le entregaran, además, el Premio Nobel de la Paz.
Fallecido en el 2013 (5 de diciembre, a los 95 años) profesó una gran admiración por su par cubano Fidel Castro, de quien dijo: “...es uno de mis grandes amigos. (…) Soy un hombre leal y jamás olvidaré que en los momentos más sombríos de nuestra Patria contra el apartheid, Fidel Castro estuvo a nuestro lado”.
Ambos se encontraron primero en La Habana, en julio de 1991; después, en Sudáfrica, en 1998 y, nuevamente, se reencontraría con el dirigente africano en el 2001.
El 18 de julio de 1918 nació quien fuera el primer presidente negro de Sudáfrica, razón por la cual la Organización de Naciones Unidas invita en esta fecha a recordarlo, y nada mejor que hacerlo precisamente en el onomástico de alguien que fue ejemplo de esperanza en el hombre, ejemplo en la lucha por un futuro mejor.
El Día Internacional de Nelson Mandela del pasado año marcó el aniversario 100 de su nacimiento. Esta fecha fue proclamada por las Naciones Unidas en 2009, en reconocimiento a su contribución a la cultura de la paz y la libertad. El líder sudafricano habló de la paz como la creación de un entorno en el que todos pudieran prosperar, independientemente de la raza, el color, el credo, la religión, el sexo, la clase.
MANDELA ES
Originario del pueblo xhosa y perteneció a la Casa Real Tembu. Nació en Mvezo, El Cabo (Sudáfrica). Su nombre verdadero era Rolihlahla Mandela, que en lengua xhosa significa "revoltoso". Su madre era Nonqaphi Nosekeni y su padre Nkosi Mphakanyiswa, por cierto, jefe tribal, quienes se preocuparon por darle una infancia feliz, colmada de excelente educación.
Pasó su infancia en las zonas rurales de Sudáfrica hasta que a los siete años fue bautizado como Nelson Mandela para poder asistir a la escuela metodista. Tras fallecer su progenitor, quedó al cuidado de un primo suyo, un regente de los Thembu llamado Jongintaba Dalindyebo. El joven Mandela escuchaba hablar a los líderes tribales y empezó a tomar conciencia del sentido de justicia y a abrazar ideales antimperialistas.
Con 16 años, Mandela entró a formar parte del consejo tribal y tres años más tarde ingresó en la Universidad de Fort Hare, una institución sólo para personas de raza negra, donde cursó estudios superiores de derecho.
Allí se enfrentó con la realidad que vivía su país: el apartheid. Se trataba de un sistema de segregación racial impuesto por los Afrikáners, la minoría blanca de origen neerlandés. Tras graduarse como abogado, Mandela comenzó un camino de activismo social con grupos juveniles adheridos al partido político del Congreso Nacional Africano.
¿POR QUÉ MANDELA ES UN LÍDER, UN SÍMBOLO?
Durante 27 años estuvo preso. Fueron largos e inolvidables momentos en la vida del insigne hombre. En Pollsmoor estuvo seis y en Victor Veste, cuatro. La sociedad, aquella sociedad, no le perdonaba su liderazgo y sus capacidades de llegar a las grandes masas.
En abril de 1964 se le acusó de alta traición en el tribunal de Johannesburgo, un proceso conocido como Rivonia. En aquel momento, el joven dijo: "Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal para el que he vivido. Es un ideal por el que espero vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir".
La reticencia del gobierno de excarcelar al joven, trajo consigo una oleada interna y en todo el orbe para buscar su liberación, y con ello convertirlo en una leyenda viva. Fue él expresión de la falta de libertad de un sistema social que representaba las capas más ultra nacionalistas y xenofobas.
Tras muchos años de lucha, finalmente, en febrero de 1990, Frederik de Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, cedió y abrió el camino para abolir la segregación racial. Se legalizó el Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela.
En 1993, junto a De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz, y el 27 de abril de 1994, Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica.
Tras sufrir una prolongada infección respiratoria, murió el 5 de diciembre de 2013. Un día después, el entonces presidente de la República Sudafricana, Jacob Zuma, declaró diez días de luto nacional y anunció que el funeral se llevaría a cabo en el estadio Soccer City , de Johannesburgo, el día 10 del mismo mes. En su último adiós, estarían representantes de la comunidad internacional.
Sobre la figura de Nelson Mandela, el líder histórico de la Revolución cubana dijo: “Fue un hombre íntegro, revolucionario profundo y radicalmente socialista, que con gran estoicismo soportó 27 años de encarcelamiento solitario. Yo no dejaba de admirar, su modestia y su enorme mérito”.