BEIRUT.- Las explosiones en el puerto de Beirut acentúan el rechazo de la ciudadanía al gobierno de El Líbano con manifestaciones de repudio y en demanda de su renuncia.
Un episodio reciente ocurrió en el distrito capitalino de Gemmayzeh, uno de los más golpeados por la onda expansiva, cuando dos ministros intentaron visitarlo.
Voluntarios que limpiaban escombros impidieron que el titular de Educación, Tarek Majzoub, y la de Justicia, Marie-Claude Najm, recorrieran la devastada localidad, a solo unos cientos de metros de las detonaciones.
La conmoción por el trágico suceso alimentó la ira pública contra la clase política gobernante que ya era notoria, porque en la percepción popular la considera responsable de la peor crisis económica y financiera del país en décadas.
Este viernes, Majzoub trató de sumarse a la limpieza del barrio de Karantina, pero una multitud lo recibió con gritos de "Renuncia", "La gente quiere la caída del régimen" y "¡Preparen la horca!".
Aunque la causa exacta de la explosión sigue sin conocerse, la ciudadanía acusa de indolencia y desinterés a la élite política.
Las autoridades insisten en que el trágico suceso derivó de la ignición de un cargamento de dos mil 750 toneladas de nitrato de amonio, una sustancia para fabricar fertilizantes y bombas caseras, que languidecía en el muelle 12 desde 2014.
El presidente de la República, Michel Aoun, prometió justicia rápida, pero hay poca fe sobre la actuación del Estado, tomando en cuenta que culpables de otros delitos nunca recibieron sanciones.
Majzoub y Najm asumieron sus cargos en enero último y aunque no son responsables del actual deterioro nacional, la indignación pública los ve como continuidad de quienes a base de años de malos manejos pusieron a punto de colapso al país.