El Consejo de Defensa provincial orientó a las autoridades del Partido y el Gobierno de los trece municipios y a los dirigentes administrativos de todas las esferas implementar las medidas previstas en los planes de reducción de desastres, poniendo especial énfasis en la protección de las personas y los recursos.
En tal sentido se evalúan en cada territorio las condiciones para la evacuación de los residentes en zonas costeras y cercanas a ríos y embalses, vulnerables a las inundaciones. La dirección de Educación procede al traslado de los estudiantes internos hacia sus hogares y, al igual que otros organismos, al resguardo de los bienes y el aseguramiento de los locales.
A las empresas de la Agricultura se les orientó organizar el acopio de los productos aptos para cosecha, la protección del ganado en zonas altas y el desmontaje de molinos, sistemas de riego y otros equipamientos; y a las de Comercio garantizar la venta de insumos necesarios a la población, incluida la canasta familiar, y la preservación de los almacenados.
Los camagüeyanos tienen frescos aún en la memoria los huracanes Ike y Paloma del 2008, durante los cuales, como ahora, el Estado desplegó sus sistemas y recursos en función de evitar la pérdida de vidas humanas. Ante esa garantía, toca a la población actuar con disciplina y responsabilidad, cooperar con la Defensa Civil en la evacuación y mantenerse informada para seguir las orientaciones de las fases de Alerta y Alarma cuando sean decretadas.