CAMAGÜEY.- Con la Campaña de Alfabetización fuimos librados de las tinieblas de la incultura. Desde aquel 22 de diciembre de 1961 han transcurrido ya 62 años, pero la misión de nuestros educadores aún es la misma, porque como sentenciara Martí, solo un pueblo culto puede considerarse libre.

Muchos son los retos que afronta el sistema educacional cubano en tiempos de conflictos internacionales, fenómenos sociales y migratorios que afectan notablemente la efectividad de esta tarea, imprescindible para la formación humana. A pesar de ello, el último curso 2021-2022 terminó con resultados satisfactorios, según los indicadores de eficiencia que mide el sector.

"La evidencia está en los premios alcanzados por los estudiantes de las secundarias básicas, los preuniversitarios y el IPVCE en concursos de conocimiento nacionales e internacionales". Aseguró Loreley Suárez Capdevila, Directora general de Educación en Camagüey, en el acto por la Jornada del día del educador, realizado en la Escuela Formadora de Maestros Nicolás Guillén.

"Este fue un curso que inició con un déficit marcado de docentes. Hoy trabajamos con 1950 plazas vacantes en las plantillas de varios centros educacionales. No obstante, el sector de educación se ha crecido con ingeniosas alternativas. Hemos ponderado la preparación metodológica en aras de la implementación de los nuevos programas, con el fin de perfeccionar y elevar la calidad del aprendizaje".

Proyectos estratégicos como el contingente Leonela Relys y el grupo de alumnos ayudantes de las universidades Igancio Agramonte y de Ciencias Médicas Carlos J. FInlay ayudan a suplir la carencia de profesores en las instituciones educacionales.

En palabras de Loreley Suárez, el ministerio trabaja también en la implementación de estrategias de soberanía alimentaria.

"Sabemos las limitaciones que tenemos en el propio presupuesto y en la alimentación. Por eso estamos inmersos en el auto-abastecimiento, también en el repartimiento de labores potenciales, con la tarea 'Siembra tu pedacito', y así elevar la calidad del proceso de alimentación de nuestros educandos.

"¿Desafíos? Siempre hay. El desarrollo implica reconocer las deficiencias, y hay muchas en lo que respecta al trabajo político ideológico con nuestros jóvenes. Que serán el futuro del país, nuestra esperanza.

"El trabajo en los hogares es importantísimo, la familia es determinante en todo lo que corresponde a la escuela, la comunidad y este es sin duda, el mayor reto que afronta la educación cubana actual. Los padres tienen que unirse y apoyar, porque al final, son sus hijos los más beneficiados".

Aseguró Loreley, quien ya cuenta con varios años de experiencia en el sector, anteriormente como subdirectora provincial, y hace tan solo tres meses, como directora general, se propuso avanzar y cosechar más logros en su eterna tarea, pues disposición y compromiso sobran, nos dice.

La misión es clara, más que ser nuestros segundos padres, el infatigable amigo o el educador de horas lentas, los docentes resultan los encargados de formar sociedades pacíficas, justas y sostenibles. Recordemos siempre que la educación constituye la única oportunidad para cambiar el mundo. Educar es dar vida.