CAMAGÜEY.- Poco más de 21 200 niños camagüeyanos menores de tres años son beneficiados hasta el 27 de febrero con una dosis de la vacuna antipoliomielítica, en una sola etapa, mientras que 9 629 de nueve años de edad reciben la reactivación, como en toda Cuba, mediante la 60 Campaña de Vacunación Antipoliomilítica Oral Bivalente.

Por la compleja situación epidemiológica del país y la provincia debido a la pandemia de la COVID-19, en especial el municipio cabecera en fase de transmisión autóctona limitada, el personal de Salud utiliza los medios de protección establecidos, y se adoptan medidas en las policlícinas y consultorios médicos de la familia para evitar las aglomeraciones.

A las familias se les orienta que deben esperar 30 minutos antes y después de la vacunación para que los pequeños ingieran agua.

Como contraindicación sobresale que no debe aplicarse en los niños inmunodeficientes.

Teniendo en cuenta que la vacuna no debe administrarse a infantes con fiebre de 38 grados C o más de temperatura, ni a aquellos que presenten vómitos o diarreas durante la fecha prevista, estos podrán ser favorecidos desde el 1ro. al 6 de marzo.

La Campaña transcurrirá con el propósito de mantener eliminada esa enfermedad en el país. Desde 1962 al 2020 se aplicaron 8 millones 919 146 dosis de la vacuna en Cuba, lo que ha garantizado la protección de su población.

La cobertura empleada en el archipiélago caribeño, mediante campañas desde la década del 60 del pasado siglo, originó que organismos especializados de las Naciones Unidas, la reconocieran como el primer país libre de poliomielitis en América Latina.

Antes del triunfo revolucionario estaban erradicadas dos enfermedades prevenibles gracias a las vacunas: la fiebre amarilla, en 1908, y la viruela, en 1923.

En la actualidad y desde 1962 permanecen eliminadas seis por esta vía y otras formas graves de algunas enfermedades. Han dejado de ser un problema de salud en Cuba, por tasas inferiores a 0,1 por 100 000 habitantes, el tétanos, la meningitis por haemophilus influenzae tipo B, la fiebre tifoidea y la enfermedad meningocócica, mientras la Hepatitis B, por ejemplo, ha disminuido de manera notable su morbilidad y mortalidad.