CAMAGÜEY.- A pocos metros de la Catedral de Camagüey, una de la más esplendorosas iglesias de esta medio milenaria ciudad, se ubica en el número cinco de la calle Cristo la casa natal de Carlos J. Finlay, eminente científico lugareño, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla.

El inmueble, de estilo colonial con alto valores patrimoniales e íntegramente remozado en 2015 por trabajadores de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), es desde 2002 sede de un proyecto sociocultural de esa entidad que acoge y desarrolla numerosas actividades con miembros de la comunidad.

Ahí tienen lugar desde talleres de creación de artes plásticas y cerámica, peñas literarias, presentaciones especiales de libros, hasta clases de tai-chi, conversatorios para aprender a convivir con varias enfermedades, entre otras el parkinson y el cáncer, y conferencias de amplia variedad temática sobre cómo mejorar la calidad de vida, entre muchas otras.

Daniela L. Roque es una adolescente que confiesa haber encontrado alivio a sus constantes padecimientos alérgicos y asmáticos, luego de asistir a varios encuentros del proyecto de medicina natural y tradicional, donde el especialista le explicó la utilidad de las plantas medicinales que pueden tenerse siempre al alcance con tan solo cultivarlas en el hogar.

La labor médica comunitaria preventiva y de aplicación práctica a través de actividades docentes-asistenciales y conferencias constituye otra de las acciones que impulsa el Proyecto Sociocultural en cuestión, además de los estrechos vínculos que mantiene con la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay y las direcciones municipal y provincial de Salud Pública.

Tal vez lo más atrayente de las iniciativas que ofrece el programa resulta su carácter inclusivo, pues ninguna de sus propuestas tiene límite de edad.

Ese es el caso del espacio Vida Sana, que incluye no solo la práctica de tai-chi, con una frecuencia de dos veces por semana, sino también, elementos teóricos, a través de las conferencias, organizadas técnicamente por profesores de la asociación Wu Shu en Camagüey.

A esa experiencia se suma cada martes y jueves un numeroso grupo de personas de diferentes edades, en los alrededores del emblemático Parque Agramonte, antigua Plaza de Armas de la demarcación en la época neocolonial, que se ubica en el segmento del centro histórico de la urbe, declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2008.

Una integrante es la casi octogenaria Mercedes Peña, quien siempre que tiene la oportunidad suma a varias amistades a la práctica del milenario arte de origen asiático.

Desde que yo comencé aquí los achaques de la edad no me los siento tanto, además de que animicamente me siento mucho mejor, ojalá viniesen hasta aquí más personas como yo, en vez de quedarse en casa viendo la vida pasar sin ni siquiera hacer el esfuerzo de mejorar sus días, comentó con entusiasmo.

La misión fundamental de la institución apunta a promover la vida y obra del científico, y por ese motivo constantemente se convocan debates sobre el tema, entre otras acciones, como el “Taller Finlay entre nosotros” y el concurso anual de investigación “Finlay, ilustre camagüeyano”.

El centro cuenta, además, con una sala memorial, donde el visitante puede conocer detalles de la vida y de la obra del científico cubano, principalmente para la realización de investigaciones médicas pues ahí también radica un centro de documentación y de información, puesto al servicio de quienes precisen de sus entregas.

Hacer honor a quien ahí naciera, es el principal objetivo de la casa natal de Carlos J. Finlay, instalación patrimonial que al incorporar a su quehacer los beneficios de mejorar la calidad de vida dentro de la comunidad, rinde homenaje a la dedicación del eminente científico a la investigación.

Gracias a sus estudios, en 1881 se sentaron pautas en la salud pública de Cuba y América Latina por su descubrimiento sobre el contagio de la fiebre amarilla a causa del mosquito Aedes aegypty, transmisor de otros peligrosos virus como el dengue, el chikungunya y el zika.