CAMAGÜEY.- Tejida de ternura, de sensibilidad humana y de una inteligencia natural, capaz de discernir sobre los más agobiantes problemas, de ayer y de hoy, la impronta de Vilma Espín resplandece.

Es como un símbolo entre las miles de camagüeyanas y camagüeyanos que la vieron andar  por sus calles, fábricas, intercambiar con federadas en la base, con niños de hogares sin amparo filial o de círculos infantiles.

Vilma sintió placer en cada encuentro. En el poblado de Hatuey, de Sibanicu, la recuerdan cuando visitó la exposición de artesanas que querían viera las hermosas obras salidas de las diestras manos.

Ana Luisa Exposito, otrora dirigente de base de la FMC en Carlos Manuel de Céspedes, en Florida; después en la dirección provincial, como secretaria general hasta la promoción suya al secretariado nacional, donde trabajó muy cerca de la Heroína, relata no pocos pasajes de su fructífera vida.

Del amor que sintió por la bugambilia o las orquídeas, sus flores preferidas, como demostró con su ejemplo en el hogar, de que el trabajo era compatible con la formación y atención de la familia, además de la posibilidad de impulsar proyectos en materia de prevención y atención social, educación sexual y con apego a las normas constitucionales.

Supo enfrentar batallas duras, de la lucha clandestina, en el llano y a sierra, levantarse contra siglos  de discriminación y perjuicios hacia la mujer.

Camagüey legendario tiene que recordar a Vilma en este 95 cumpleaños por su estirpe, ser la promotora de que las cenizas de Ana Betancourt, trasladadas de España, donde murió, permanezcan en el Mausoleo de Guáimaro.

En este sitio su voz se adelantó a la época. Llamó a favor de la emancipación de la mujer. La quinta Simoni es obra también del pensamiento de Vilma, Amalia, la esposa idolatrada de Ignacio Agramonte.

Vilma mostró oído receptivo a las propuestas de ascenso de las féminas al trabajo del Poder Popular. La primera mujer que ocupó en Cuba la vicepresidencia del órgano de Gobierno fue en Camagüey: Mercedes Duque Estrada, mientras Nuevitas, el municipio que mayor número de delegadas eligió durante el primer y segundo mandatos.

Vilma fue un ejemplo de mujer culta, expresada en la universidad de Santiago de Cuba, en la práctica de deportes y de ballet y qué decir, de la voz que la distinguió como cantante.

De ahí que como símbolo Vilma se convirtiera en la Presidenta de Honor de la FMC.