LA HABANA.- "Pasa fulgurante Camilo Cienfuegos, alumbran su rostro cien fuegos de gloria", escribió el poeta Jesús Orta Ruiz (el Indio Naborí) al triunfo de la Revolución Cubana y el joven comandante guerrillero, iluminado en la inmortalidad, sigue acompañando cada día a su pueblo.

El 28 de octubre de 1959 entró en el calendario de las fechas memorables patrias; millones de cubanos, año tras año, hasta ser una hermosa tradición, cubren de rosas, de flores de todo tipo, las costas y, si falta el mar, las llevan a ríos, lagunas o embalses artificiales.

El alegre combatiente rebelde, quien decenas de veces enfrentó el peligro, desapareció a bordo de un pequeño avión Cessna, en vuelo de Camagüey a La Habana, bajo una fuerte tormenta.

Nada hubo más lejos de una conducta irresponsable; dadas sus enormes responsabilidades, su deber estaba también en la capital acechada por el enemigo contrarrevolucionario.

Era Jefe de Estado Mayor del Ejército Rebelde, desde el 21 de enero, y días antes había abortado en Camagüey un brote contrarrevolucionario.

Nadie quería admitir la muerte, a la edad de 27 años, de uno de los jóvenes héroes de la Revolución Cubana, pues había nacido en La Habana, el 6 de febrero de 1932.

Luego de dos semanas de intensa búsqueda fue preciso aceptar el suceso; muchas lágrimas se derramaron y hubo enorme dolor colectivo.

En comparecencia radio-televisiva Fidel Castro afirmó: "...hombres como Camilo Cienfuegos surgieron del pueblo y vivieron para el pueblo.Nuestra única compensación ante la pérdida de un compañero tan allegado a nosotros es saber que el pueblo de Cuba produce hombres como él".

 

LA GLORIA DE CAMILO CIENFUEGOS

Por la clandestina Radio Rebelde y los rumores de boca a boca sobre la guerra revolucionaria, un buen número de cubanos supieron de sus andanzas en la Sierra y el llano.

Los habaneros lo vieron por primera vez el 8 de enero de 1959 en la Caravana de la Victoria junto al líder de la Revolución y, al caer la noche, escucharon desde la fortaleza de Columbia también aquel "¿voy bien Camilo?", en la voz de Fidel Castro, pregunta que pasó a la historia.

En sólo 10 meses de 1959 la fama del guerrillero barbudo copó todos los escenarios y su leyenda se impuso para la inmortalidad.

Era prácticamente desconocido cuando tomó parte, sin ser estudiante, en manifestaciones contra la dictadura de Fulgencio Batista, convocadas por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), en homenaje y desagravio a los héroes nacionales Antonio Maceo y José Martí.

Así resultó herido en la protesta de los jóvenes capitalinos el 7 de diciembre de 1955, en el parque Maceo, y luego agredido por agentes batistianos, detenido y fichado en el Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC), el 28 de enero de 1956, en el Parque Central de La Habana.

Aunque fue el último de los incorporados en México a la Expedición del Yate Granma, Camilo Cienfuegos dejó para siempre una huella imborrable en la memoria colectiva popular.

Integró el grupo inicial rebelde y la Columna Número 1, encabezados por el Comandante en Jefe Fidel Castro; fue jefe del pelotón de vanguardia y después capitán de la Columna 4 del Che.

El entonces capitán fue jefe del primer pelotón que operó fuera de la Sierra Maestra, en la llanura oriental en un triángulo entre Las Tunas, Holguín y Bayamo; y el 16 de abril de 1958 recibió el ascenso a comandante.

Al frente de la Columna No. 2 Antonio Maceo, protagonizó la invasión y campaña rebelde en Las Villas al igual que el comandante Ernesto Che Guevara.

Allí se apoderó de las lomas y llanos del norte hacia Yaguajay, donde a los 10 días de encarnizado combate se rindió el cuartel, el 31 de diciembre de 1958.

Sus fuerzas entraron triunfantes en La Habana y ocuparon, el 2 de enero de 1959, el Campamento militar de Columbia, la principal fortaleza de la tiranía, hecho que paralizó un intento golpista de elementos del antiguo régimen.

Cierto que pasó como una estrella dejando a su paso miles de anécdotas y acciones como la disolución de los cuerpos represivos de la dictadura batistiana (18 de febrero), y el derribo de los muros de Columbia, que fue entregada el 14 de septiembre al Ministerio de Educación y convertida en Ciudad Escolar Libertad.

Quizás nada más real, entonces, fue la nueva entrada de Camilo a La Habana, en la mañana del 26 de julio de 1959, al frente de una simbólica caballería invasora que partió tiempo antes de Yaguayay, coincidiendo con una gran concentración campesina en la capital, en apoyo a la ley de Reforma Agraria y a Fidel.

En la memoria colectiva quedó también su último discurso público, en la terraza norte del antiguo Palacio Presidencial (hoy Museo de la Revolución), en el anochecer del 26 de octubre de 1959, cuando dijo:

"¡Tan altos y firmes como la Sierra Maestra son hoy la vergüenza, la dignidad y el valor del pueblo de Cuba en esta monstruosa concentración frente a este Palacio, hoy revolucionario, del pueblo de Cuba!."

Para detener esta Revolución cubanísima, afirmó muy emocionado ante miles de compatriotas, tendría que morir un pueblo entero y "...si esto llegara a suceder se harían realidad los versos de Bonifacio Byrne:

..."¡ si desecha en menudos pedazos / llega a ser mi bandera algún día /nuestros muertos, alzando los brazos / la sabrán defender todavía"!

SIEMPRE CAMILO

Muchos padres dieron este nombre a sus hijos, entre ellos su amigo y compañero el Che Guevara; con orgullo lo llevan el Centro internacional de Retinosis Pigmentaria, la Universidad de Matanzas, una refinería de petróleo y numerosas instituciones de diversas funciones (escuelas, calles, fábricas, etc.).

La ciudad escolar Camilo Cienfuegos fue construida en el Caney de las Mercedes, Sierra Maestra, e inaugurada el 26 de julio de 1960.

Casi al mismo tiempo surgió la Ciudad Camilo Cienfuegos, Habana del Este, en esta capital, primer reparto urbanístico edificado por el Gobierno Revolucionario, y declarado desde hace años Monumento Nacional.

En 1966 fue creada la primera escuela Camilo Cienfuegos, enseñanza primaria y secundaria, para niños y jóvenes varones que la gente empezó a llamar "camilitos", entre ellos hijos de mártires y combatientes rebeldes.

Desde 1977, los camilitos multiplicados (hembras y varones) estudian en las escuelas militares preuniversitarias de todo el país y sirven de cantera a la enseñanza superior de los cuerpos armados.

Camilo, presencia y leyenda al mismo tiempo; no envejece, tremola en la bandera de la juventud cubana y su retrato circula impreso en los billetes cubanos de 20 pesos.

*Historiadora, periodista y colaboradora de Prensa Latina.