CAMAGÜEY.- Fidel, tu luz antiimperialista y martiana ilumina el futuro. Navegas en un mar intenso de pueblo, de hombres, de mujeres, de niños y jóvenes soñadores.

A tres años de tu partida, ningún cubano honesto olvida la pulcritud de tu pensamiento.

Te vemos aún por estas llanuras, con esa marcha de gigante, previendo nuevas batallas por ganar con esfuerzos y trabajo.

Fidel sembró aquí la semilla para que Cuba se convirtiera en una potencia médica mundial.

Los lugareños lo recuerdan hoy, más que nunca, estableciendo como paradigma al Socialismo como la ciencia del ejemplo que él inspiró con tenacidad y arrojo frente a las adversidades.

En cada corazón agradecido es reservado un espacio, en aquellos que lo veneran y supieron de los días fatigosos en Cayo Confite, espacio marino del norte de Camagüey y de acción revolucionaria.

También de su estancia de horas en la ciudad de Camagüey, de tránsito hacia El Moncada, el 25 de julio de 1953.

Los agradecidos recuerdan aquella noche del 11 de mayo de 1973 en la Plaza San Juan de Dios, en el centenario de la caída de Ignacio Agramonte, en el Potrero de Jimaguayú, ocasión en la que llamó a los camagüeyanos a la carga contra el subdesarrollo.

A Fidel no se puede recordar solo cada 25 de noviembre. Fidel ha de sentirse tranquilo en ese espacio vital del cementerio Santa Ifigenia, si cada uno de los cubanos cumple con su parte. El estudiante, con sus estudios; el obrero, con la producción de su fábrica; los periodistas, denunciado lo mal hecho y exaltando los avances de la sociedad; los dirigentes con los oídos cada vez más apegados a la tierra para conocer el palpitar del pueblo.

Así de esa manera lograremos que Fidel ilumine permanentemente el futuro.