CAMAGÜEY.- Cuba continuó su escalada en el medallero general de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 gracias a preseas doradas que ganaron los canoístas Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge y el boxeador Roniel Iglesias, atletas que llegaron a la sede con pronósticos reservados.
La pareja cubana de la canoa biplaza a 1000 metros había dejado buena sensaciones en su heat clasificatorio y en la final, al entrar segundo en ambas competencias, pero esta noche rompieron los cálculos de los especialistas con un frenético remate en los últimos 250 metros. La embarcación de los chinos Liu Hao y Pengfei Zheng dominó toda la regata escoltada por la antillana y por los favoritos alemanes Sebastián Brendel y Tim Hecker, pero en las tres paletadas finales los nuestros lograron superarlos con tiempo de 3:24.995 minutos.
“Nuestro plan era mantenernos entre los primeros en los 500 metros iniciales para tratar de sorprender en la segunda mitad”, declaró Torres a Prensa Latina al término del evento, al tiempo que Fernando Dayán reconocía que el triunfo es parte del camino que comentó con la plata de Leobaldo Pereira e Ibrahim Rojas en Sidney 2000. Aunque estaba en los planes que la canoa cubana entrara en la lucha por las medallas por los podios mundialistas alcanzados en los últimos años, no deja de constituir una agradable sorpresa para todos.
Así comenzó Cuba a subir en la tabla por países en la oncena jornada de los Juegos, impulso que continuó Roniel Iglesias al superar en una excelente pelea al británico Pat McCormack en la final de los 69 kilogramos. Fue un duelo muy cerrado por la calidad boxística y la combatividad de ambos, pero el pinareño supo sacar siempre mayor rédito de los intercambios, principalmente infiltrando su potente zurda entre la guardia de su oponente.
La votación unánime 5-0 al final de la pelea decretó el segundo reinado olímpico de Iglesias, quien además del título en Beijing 2008 tiene en su vitrina el bronce en Londres 2012. “Fueron años de mucho sacrificio después de quedar eliminado en Rio 2016, pero gracias a la excelente preparación que realicé pude subir nuevamente a lo más alto. Con la forma que tengo estoy pensando en París 2024, pero vamos con calma”, declaró a la prensa nacional después de entonar las notas del Himno de Bayamo en la ceremonia de premiación.
Sin embargo, no todo fue alegría para nuestra delegación en este día, pues Ismael Borrero, uno de sus principales aspirantes a la colgarse el metal de oro, quedó eliminado en su primer combate de los 67 kilogramos de la lucha grecorromana ante el georgiano Ramaz Zoidze. El gladiador europeo y su entrenador trazaron un plan táctico para no permitir que Borrero marcara más de un punto en el primer tiempo y luego rematarlo en el segundo y así lo concretaron.
Después de que Ismael, campeón defensor, sumara una unidad, Zoidze tomó la iniciativa en el período complementario y empató para forzar al nuestro a arriesgar en pos de la victoria y así aprovechó un descuido para poner el 3-1 en la pizarra. Borrero intentó desesperadamente un pase atrás para igualar las acciones, pero lo único que consiguió fue sacar a su rival del colchón para completar el 3-2 definitivo. Para colmo de males, el eléctrico peleador de Georgia no pudo avanzar a la final y arrastrar a así a sus víctimas a la discusión del tercer lugar.
Otro que tampoco pudo alcanzar el cuadro de honor en la despedida de la lucha clásica fue Daniel Gregorich. Nuestro último representante de la disciplina que nos otorgó las dos primeras coronas en Japón ganó su primera presentación pero luego cayó por pegada frente al sorprendente egipcio Mohamed Metwally.
Tampoco fue una mañana feliz sobre el ring para el llamado Buque Insignia del deporte cubano, pues iniciaron con las derrotas de Yosbany Veitía y Lázaro Álvarez. El espirituano de los 52 kilogramos perdió con el británico Galal Yafai con veredicto de 4-1 en los cuartos de final y se convirtió en el segundo púgil de nuestra armada en quedar sin posibilidad de entrar en el cuadro de premiación. El fracaso de Álvarez ante el representante del Comité Olímpico Ruso, Albert Batyrgaziev, fue igual de dolorosa, aunque ya el pinareño había asegurado el metal bronceado. Ambos peleadores se dejaron robar la inciativa en la mayor parte del tiempo.
Además de Roniel, los triunfos de Julio César La Cruz y Andy Cruz en las semifinales de sus respectivas categorías de peso, salvó los muebles. Julio tuvo que acelarar su ritmo en los dos últimos asaltos para convencer a unos jueces que parecían decididos a dejarlo fuera de la final, pero que no tuvieron más remedio que otorgarle el voto 4-1 sobre el brasileño Abner Teixeira. También tuvo que emplearse a fondo Andy en los 64 kilogramos para salir airoso ante otro hijo de Brasil, Wanderson de Oliveira, con marcador de 4-1.
No obstante, en el estadio olímpico todo fue color rosa para los representantes de la Mayor de la Antillas, con el triplista Cristian Nápoles y la cuatrocentista Roxana Gómez pasando de rondas. Nápoles estuvo a la altura de lo esperado al lograr su mejor registro de la temporada 17.08 metros, y exceder por tres centímetros la marca que se exigía para pasar a la final. Por su parte Gómez igualó su récord personal en la vuelta al óvalo con un 50.47 segundos que le sirvió para entrar detrás de la favorita bahamesa Shauane Miller y continuar camino a semifinal con el tercer mejor registro de toda la competencia.
Tras sumar los dos cetros Cuba se elevó hasta el escaño 14 del listado por naciones con inventario de cuatro medallas de oro, tres de plata y cuatro de bronce. Al frente de la tabla general se mantien China con 32 títulos, 21 subtítulos y 16 bronces, seguida por Estados Unidos (24-28-31) y Japón (19-6-11).
A partir de ahora podrían agregarse otras cinco medallas a la causa de la bandera de la estrella soltaria en boxeo, atletismo, lucha o canotaje, por lo que se vislmbra que el propósito de mantenernos entre los primeros 20 países y superar la cosecha de hace cinco años en la Rio de Janeiro, es totalmente posible.