CAMAGÜEY.- Probablemente el nombre propio que encabeza el título no le suene a estrella del deporte, pero Leyanis lo es. Esta chica de 28 años ha grabado su nombre en los libros de historia mundial de una disciplina exótica: la pelota vasca.

Este juego —de cuatro modalidades y catorce especialidades reconocidas por la Federación Internacional— se introdujo en Cuba por la emigración española a finales del siglo XIX. Lo que no imaginaron aquellos fornidos vascos que fabricaron el primer frontón en este archipiélago del Caribe fue que al cuello mestizo de una camagüeyana de apellido Castillo fueran a parar dos medallas mundiales. Esta historia desconocida comenzó en las calles de los repartos Florat y La Vigía.

“Empecé a los siete años practicando tenis en la escuela Josué País, y por mis resultados ingresé en la EIDE Cerro Pelado bajo la tutela de la profesora María García. Recuerdo que detrás de las canchas se practicaba la pelota vasca y yo me pasaba ratos mirando los entrenamientos y los partidos. Este deporte me fue seduciendo y me enamoró a las 14 primaveras.

“Enseguida me sentí como pez en el agua, mejorando mis habilidades hasta quedar campeona nacional. Los técnicos del equipo Cuba me llamaron a su preselección y desde el 2007 estoy en la plantilla”.

Aunque se cuenta rápido, esos primeros calendarios exigieron mucha entrega. Rememora con agradecimiento los regaños y las enseñanzas de Ray, Noelia, el chino Alexander y Rogelio.

“Quisiera que mis futuros hijos recibieran de sus profesores lo que yo de los míos, porque me forjaron el carácter y me prepararon para lo que vino después. Como la mayoría de las disciplinas, la mía lleva una preparación muy fuerte para lograr resultados de primer nivel. Nosotras nos pasamos el año lejos de los nuestros, entrenando todos los días y con mucho estrés, en una escuela cuyas condiciones distan de las de un hogar. Por eso resulta tan importante el apoyo de la familia, y la mía ha sido la mejor. Mi abuela (Noemí) y mi mamá (Yudenia) son mi escudo protector y para mi papá (Enrique) siempre he sido la mejor, soy su orgullo”.

Pese a la tradición del deporte, la Federación Internacional no ha logrado incluirlo en el programa olímpico. En América hay algunos países donde no se practica de manera organizada, por eso en ocasiones queda fuera cuando se convocan juegos centroamericanos y del Caribe, o panamericanos. Sin embargo, ella y sus compañeras de dupla han aprovechado al máximo sus oportunidades competitivas.

“En los centrocaribeños de Veracruz 2014 obtuve una medalla de plata en frontenis y otra de bronce en paleta con pelota de goma. Ese mismo año logré mi primer bronce mundial en la ciudad mexicana de Toluca, también en el frontón de 30 metros. Cuatro años después repetí esa actuación en el campeonato del orbe, en Barcelona. Mi último gran resultado llegó en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 en los que resulté finalista, pero no pudimos ganar y terminamos en plata.

“En el 2019 garanticé mi presencia en los juegos continentales que organizará Chile en el 2023 con un sexto lugar en la Copa del Mundo de paleta, en Francia, pero este año queremos asegurar la clasificación en frontenis en Valencia. Pretendo cumplir sueños de victoria en el próximo mundial, los panamericanos y más allá.

“Nuestro deporte está en auge en el país porque cada vez son más los practicantes y hay proyectos para remodelar varias instalaciones. Lamentablemente se han deteriorado muchos frontones en Cuba y se han perdido eventos que antes se organizaban, algunos con presencia de pelotaris extranjeros. La proyección de la Federación Internacional es lograr que la pelota vasca esté en los Juegos Olímpicos del 2024, y para ello impulsa una expansión global del juego”.

Esta camagüeyana, dueña de dos de las doce preseas bronceadas que ha cosechado Cuba desde que comenzaran los mundiales de pelota vasca en 1952 (también se han conquistado dos oros y cuatro platas), no ha tenido suerte con la prensa y en los espacios públicos. Eso le duele.

“Todo deportista espera que le reconozcan el trabajo que realiza y yo no soy diferente. Juego por amor, por gusto, pero siempre espero que correspondan mi esfuerzo por ganar. He llegado alegre de una competencia con mi medalla y me he encontrado con un silencio casi total entre los medios de comunicación y los especialistas del deporte sobre mi actuación. Me ha afectado. En una ocasión hasta pensé que esperaban el primer lugar y les había fallado.

Este año Leyanis fue galardonada como la Mejor Atleta de Evento No Individual en Camagüey.Este año Leyanis fue galardonada como la Mejor Atleta de Evento No Individual en Camagüey.

“Agradezco infinitamente los premios que me han otorgado en mi Camagüey. Me llenan de orgullo. Ojalá que mis triunfos como atleta y lo que pueda hacer al terminar mi carrera deportiva contribuyan a que la pelota vasca y sus practicantes salgan del triste terreno del anonimato”.