CAMAGÜEY.-El río Hatibonico inundado como nunca jamás visto en la ciudad de Camagüey al paso del ciclón Flora hizo tabla rasa de las rancherías asentadas por años en sus riberas: Riverside y Palma, dos inframundos de comunidades marginadas por la miseria. Familias enteras en éxodo de un barrio a otro, sobre terrenos de nadie, junto al río, levantaron a la desesperada chozas sin orden ni concierto utilizando pedazos de latas, cartones, yaguas, cualquier cosa a mano que sirviera de cobija.
En esta medianía y por esas causas crearon una cuartería con más de 40 habitaciones con llaves de agua y un par de baños comuneros. La obra sería provisional mientras se construyeran nuevas viviendas donde llevarlos. Estamos hablando de la década de 1960. Para 1988 el lugar voló en llamas reconstruyéndose en el mismo sitio. A partir de entonces fue llamada Bayate, como un pequeño poblado en Guantánamo, y al borde del río Hatibonico quedó congelada en el tiempo.
ADELANTE Y LOS SACOS ROTOS
Del inmenso barracón en deterioro salieron y entraron inquilinos. Sin documentos, los cuartos pasaron de unas a otras manos. En no pocas ocasiones la sección Catauro de nuestro Adelante se hizo eco de resentimientos y denuncias que nos llegaban en dolida correspondencia de los avecindados en Bayate, quienes exponían el abandono en que hallaba la comunidad y las inútiles gestiones solicitando ayuda para resolverlo. Quejas caídas en saco roto por más de una generación.
“Todo aquello estaba pésimo. Eran cuarticos de madera, con baños colectivos. Un infierno, narra Julián Hernández Véliz, vecino inmediato al lugar, con el agravante de que cada vez que había un ciclón o aguaceros fuertes tenían que evacuar a las personas. Llevarse corriendo a mujeres, niños, ancianos, a todo el mundo porque el río no perdona. Yo lo sé bien porque vivo cerca”.
Cuquita tiene buenas razones para no olvidar estas historias.
LA OTRA HISTORIA
Hace apenas dos meses la vida dio un vuelco a 41 familias de Bayate. Nos lo relata con el alborozo de lo que acaba de suceder Sioslisday Campillo Echevarría, mejor conocida como Cuquita, la joven delegada de la Circunscripción 19 del Consejo Popular Centro.
“En el área de la antigua fábrica de refrescos Máximo Cabrera, en San Esteban y Verges, un grupo de empresas construyó un complejo habitacional con siete bloques de apartamentos de uno, dos y tres habitaciones para entregarlas según la cantidad de personas que tuvieran los núcleos. Se edificaron incluso viviendas para familias con niños con enfermedades graves y para una múltiple con más de ocho personas. La comunidad, con el nombre 13 de agosto, se inauguró para esa fecha. Dos días después llegaron los camiones a Bayate y trasladaron a sus nuevas casas a 116 personas. Como de la noche al día. La pesadilla se acabó cuando Bayate fue demolido”.
Visitamos el sitio donde la cuartería estuvo por generaciones. En casi todo el espacio solo quedan de testimonio los pisos de las habitaciones y a un extremo el Bloque Uno, obra con mejores condiciones. “En ese lugar aún permanecen seis familias a las que, según acuerdo suscrito con la Vivienda, se les dará la posibilidad de arreglar sus casas. Nadie está desamparado”, añade Cuquita.
La dispuesta octogenaria Modesta Soler Sánchez vivió más de 30 años en Bayate y recuerda cómo le fue en su fiesta de 15 años en la calle Palma. “Es una vida nueva que nos entrega la Revolución. ¡Imagine el cambio que estamos viviendo!”.
Al fresco de la mañana y desde su balance Delfina Mercedes Hernández Bilbao disfruta el día. Buena conversadora relata breve imágenes de la demolida cuartería. Prefiere hablar del presente que en la casa recién estrenada se le presenta como maravilloso.
Modesta: “Nadie imaginó el cambio que estamos viviendo”.
QUE LO DEJADO PARA LUEGO NO QUEDE EN OLVIDO
No han concluido, sin embargo, los trabajos en la comunidad 13 de Agosto. Se ha entrado ahora a revisar detalles y ajustar instalaciones generales, mientras Acueducto ha de solucionar las obstrucciones del alcantarillado que se producen en calles del entorno a los edificios. El significado de esta obra no debe demorar soluciones.
También el sistema de la Vivienda, buen artífice de la renacida comunidad, debe acelerar los trámites para la entrega de la propiedad de los apartamentos pues se presenta la contradicción de que la falta de esta impide instalar metros contadores de electricidad por lo que hasta ahora todo lo que se consume no se paga.
La comunidad 13 de Agosto no solo es el resultado del propósito de hacer y contribuir a mejorar condiciones de vidas de muchas familias en situaciones de vulnerabilidad, sino que a la vez es el ejemplo de enfrentar los problemas con decisión y llevar a la práctica con pulso firme lo enseñado Fidel: “cambiar todo lo que debe ser cambiado”.