CAMAGÜEY.-El brillo en los ojos almendrados y la inocencia de la sonrisa delatan que en su mente son esencialmente niños. Llegaron al mundo con el Síndrome de Down. Ellos disfrutarán este domingo, como hacen desde que encontraron la seguridad y el amor lejos de la casa.

Familias disfuncionales y entornos desfavorables fueron el problema advertido por la sicopedagoga y la trabajadora social de la comunidad, durante un proceso que lleva al Centro de Diagnóstico y Orientación, a una consulta multidisciplinaria.

Mientras la ciencia intenta descifrar ese misterio de nacer con tres copias del cromosoma 21 en vez de dos, una institución en la ciudad de Camagüey desarrolla las potencialidades para quienes tienen el signo de esa alteración genética.

Es el Centro Médico Sicopedagógico Henry Reeve un hogar donde están a tiempo completo 130 personas con discapacidad intelectual severa y profunda, de esta provincia y de Ciego de Ávila.

Fundado el 5 de diciembre de 1981 por idea de Fidel Castro, brinda servicios médicos, sicopedagógicos, de rehabilitación y fisiatría, entre otros; y cuando sea favorable la situación epidemiológica ampliará de 37 a 74 la capacidad de pacientes seminternos.

A la enfermera Yolenny Hernández Casas le dicen Mamá, Tía o Seño. La condición de madre influyó en la voluntad para trabajar allí desde que llegó por la pasantía estudiantil. Ahora su función más urgente es el control sanitario de quienes acceden a un espacio libre de Coronavirus SARS-CoV-2.

Precisamente, por los riesgos de la pandemia de COVID-19 suspendieron la presencia de seminternos, y las visitas de los internos a las casas, aunque les facilitan la comunicación por la vía telefónica, porque a pesar de todo no olvidan a los parientes.

Hace 37 años, Miriam González Ramos empezó como asistente de servicios de enfermería. Hoy suministra los recursos de aseo, limpieza y avituallamiento: “Todos están falta de cariño. Nosotros se lo brindamos”.

Del universo de internos hay 10 con trisomía 21, tal como lo señaló el genetista francés Jérôme Lejeune en 1958, aunque 92 años antes de ese descubrimiento, el médico británico John Langdon Haydon Down describió las características clínicas y en su nombre se acuñó el síndrome.

La defectóloga Gladys Fernández Guzmán considera clave el amor, la vocación y la sistematicidad. Ella motiva como profesora de Música y demuestra con logros de aprendizaje que son niños educables, que no merecen el rechazo.

Los Síndromes de Down se destacan como deportistas y artistas, principalmente los cinco seminternos. El centro resplandece por la limpieza y la humanidad de los 184 trabajadores, y la preocupación gubernamental por la vida digna y plena de habitantes en situación de discapacidad.

Guillermo Pérez Bancol considera más complejo su rol de director que el de médico de sala; no obstante, para él no cambia el compromiso por hacer feliz a los niños con rostro de adultos, hijos que Cuba protege en una burbuja donde se enseña a convivir y a admirar a cada cual por su talento y su derecho a la vida.