SIERRA DE CUBITAS,CAMAGÜEY.- Educar es complejo, entre varias cualidades se necesita empatía, y buena comunicación, pero si se trata de niños pequeños, debemos sumar habilidades de observación, creatividad, paciencia, sensibilidad, además de saber escuchar y transmitir confianza.
Todo esto lo fue adquiriendo Ana Gloria Ramírez Estrada, en sus más de 42 años como educadora del círculo infantil Sonrisas del futuro, en Sierra de Cubitas.
Empezó bien joven a los 18, acompaña al centro desde su fundación y nunca ha trabajado en otro lugar. Adelante dialogó con ella, y comparte hoy sus palabras, al celebrarse el aniversario 62 de la creación en Cuba de estas importantes instituciones educacionales.
"Me gradué en la Escuela Formadora de Educadoras de Círculos Infantiles (EFECI) en 1981 y luego continué estudiando en la universidad pedagogía José Martí, donde alcancé la licenciatura. Al principio fueron muchos los tropezones, porque todos éramos nuevos, y yo me había formado con un plan diferente, pero tuvimos que aprender", recuerda.
"Siempre preferí trabajar con las edades más tempranas, estuve diez años en las salas lactantes, después me incorporé a segundo y tercer año de vida, hasta que la dirección decidió darme la Computación, donde enseño nociones elementales a los niños y reafirmo los contenidos".
Los últimos años han sido difíciles en materia económica y social para el país, en el Sonrisas del futuro redoblan los esfuerzos en función de garantizar los procesos educativos y la atención al infante. Ana Gloria permanece siempre activa, no se cansa, todavía tiene mucho que aportar tras su reincorporación luego de jubilarse.
"Esta es mi casa, llevo tanto tiempo aquí que me sentí mal cuando llegó la hora de la jubilación. Rápidamente me pidieron que siguiera y no fue difícil convencerme. Fue bonito porque percibí que me querían y valoraban mi rendimiento laboral".
Una de las mayores satisfacciones de Ana es ver crecer a los niños, que se conviertan en profesionales y luego la reconozcan o saluden en la calle. Además reconoce que su labor le ha ayudado a criar a sus dos hijos y seis nietos.
- ¿Cuánto tiempo seguirá junto a los niños?
"Voy a estar aquí hasta que me lo permitan, quizás más adelante aparezca alguien que pueda sustituirme, pues nadie es imprescindible, pero mientras siga daré lo mejor como he hecho siempre. Por la experiencia que tengo, ayudo a la directora y a las estudiantes que hacen prácticas acá, seguiré transmitiendo lo que sé a todas las personas a las que pueda, para que la educación de los pequeños quede en buenas manos".